Capítulo 2: El principe del dolor y el caballero de azules ojos

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El príncipe Sasuke Uchiha, segundo hijo del emperador Fugaku y la emperatriz Mikoto, además de ser el segundo en la línea sucesora, nació en el año 2008 del calendario real, siendo un niño vigoroso y saludable, su fuerte y sonoro llanto llenó como eco la habitación real y el imperio vio el nacimiento de otro niño. Pero no hubo alegría cuándo Sasuke nació, la felicidad no acompaño al nacimiento del que Fugaku esperaba fuese su salvación. En el mismo instante en que el infante real daba su primera inhalada de vida, la emperatriz dio su última exhalación, las fuerzas la habían abandonado dando luz al segundo príncipe. Fugaku vio con el dolor en su pecho como su esposa desfallecía ante sus propios ojos, y con esta los últimos vestigios de humanidad. El llanto de su hijo poco o nada hacia para sacarlo de aquella honda pena.

"Niño de desgracias" lo llamaron "El príncipe del dolor"

No muy lejos, ese mismo día y a esa misma hora, tal y como el oráculo había también profetizado, otro nacimiento se llevaba a cabo. En la casa del Marqués y también Comandante del ejército real, Minato Namikaze, la marquesa Kushina, su esposa, estaba dando a luz a un niño. La habitación de la pareja era un ir y venir de parteras y médicos. Los gritos de la Marquesa se oían por toda la casa aumentando aún más la desesperación en el joven padre que ansiaba por saber sobre el bienestar de su esposa y su primogénito. Al final, los gritos cesaron y fue remplazado por el llanto de un bebé.

—Es un niño, Marquesa. Un hermoso niño.

—Es muy lindo —expresó la Marquesa bañada en sudor y con lágrimas en los ojos al ver a su recién nacido en sus brazos—. Sus ojos azules son como los de su padre y también sus cabellos, no pudo haber sido más perfecto —sonrió con el rostro aun maltrecho por el esfuerzo—. Naruto será tu nombre, te daré todo mi amor —pero Kushina supo que algo andaba mal con su criatura en el instante en que su llanto se detuvo de forma abrupta y los ojos abiertos del menor se notaron opacos y sin vida. La marquesa cayó en la desesperanza al presentir que algo malo le ocurría a su bebé.

—Está vivo, Marquesa, se ve fuerte y saludable pero...

—¿Pero qué? —interior Kushina—. ¿Qué le pasa a mi bebé?

El médico depositó al pequeño Naruto en los brazos de su padre, los pequeños ojos opacos del menor observaban a la nada mientras se movía sumamente curioso en los brazos de su progenitor.

—Al parecer el heredero de la facción Namikaze no puede ver. Es un bebé ciego.

La Marquesa y el Marqués lloraron amargamente.

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Los años transcurrieron en el imperio y los que antes fueron infantes se convirtieron en niños, siendo criados ambos lejos el uno del otro y de formas tan distintas.

El joven príncipe como era la tradición, empezaba a ser educado a una edad muy corta para ejercer las funciones de emperador. Todos los días el pequeño Sasuke despertaba muy temprano por la mañana, tomaba los alimentos que le proporcionaba su institutriz, para luego prepararse en recibir a los tutores encargados de su instrucción. Había ocasiones en las que su padre interrumpía la sesión de enseñanza, en esos momentos era cuando él se incorporaba del pupitre poniéndose sumamente derecho observando la pared sin apartar los ojos de esta. El emperador era su padre pero antes de eso era el regente de dieciocho reinos que conformaban el imperio y como tal figura de autoridad merecía respeto y obediencia por parte de todos, en especial de su progenie. Sasuke lo oía preguntar sobre su avance en las lecciones y los tutores le informaban de sus fortalezas y debilidades. Siempre la vista al frente, nunca la apartaba de la pared, aunque deseaba fervientemente poder ver aunque sea una vez el rostro de su padre.

El Emperador Sin Corazón  (Sasunaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora