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5 años atrás
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Érase una vez en un enorme y basto imperio lejano conformado por lo que antiguamente habían sido dieciocho grandes reinos, una facción casi tan remota como la misma facción imperial. Sus tierras eras ricas y su feudo estaba satisfecho con la administración de su señoría, el Marqués Namikaze quien además había sido un valiente guerrero en la batalla para la expulsión de los invasores de las tierras inhóspitas que amenazaban la soberanía de la corona y la seguridad de los terrenos norteños del imperio; bajo su cuidado los habitantes de las tierras de la facción se sentían a salvo.
Más allá de las aldeas que se encontraban bajo la administración Namikaze, se hallaba la finca de la facción comprendida por varios kilómetros de jardines que rodeaban el castillo que alguna vez había sido el hogar de la poderosa Tsunade, el antepasado de Minato. Aquel castillo que ahora era referido por todos como "La mansión Namikaze" había sido el hogar de los descendientes de la antigua monarca y los herederos del título de "Marqués" por generaciones, de ahí es donde en la seguridad de aquellos muros y altas torres se encontraba resguardado bajo la protección de los brazos de su madre un niño de azules y a la vez opacos ojos y cabellos como hilos de oro. Un pequeño que en algún futuro cercano se convertiría en el heredero del título y sucesor de su padre. Era el amor de la pareja, quienes lo presentaron ante la nobleza con el nombre que le correspondía por derecho de nacimiento.
"Sir Naruto Namikaze" futuro Márquez de la facción y uno de los Lores Uzumaki por el lado de su madre.
Naruto era la luz de sus vidas, el propósito de su existencia, y la Marquesa, Lady Kushina Uzumaki, hija menor del Conde Uzumaki, lo atesoraba como la joya más preciada.
En aquella enorme estructura, aquel infante creció bajo los cuidados que sus padres, los señores, le brindaban con absoluta devoción y el más puro cariño, ya que debido a las condiciones de su nacimiento, temían por su bienestar y el resto de su vida.
Pese a que la luz nunca había tocado sus ojos y estaba condenado a vivir en la más obscura penumbra por todo su existir. Naruto era capaz de recordar, como si de una especie de ensueño se tratase, los recuerdos de sus años de infancia. El nacimiento del hijo del Marqués y la Marquesa fue recibido por los pobladores que compartían las tierras de la facción con igual alegría con la que se recibió el nacimiento del hijo del emperador; después de todo, era quien en un futuro heredaría el título de marqués y se volvería el sucesor de uno de los pilares más grandes del imperio.
Los rumores de que había nacido un hermoso y saludable niño omega no tardó en cruzar los límites de los terrenos de los Namikaze y llegar incluso hasta los oídos del mismo emperador en palacio. Y junto a eso, también se hizo conocida lo que inmediatamente fue llamada por los otros nobles como "La desgracia del Marqués".
Es así que desde el primero hasta el último poblador y noble del imperio supo que un lindo niño omega con los rasgos de Minato había nacido en la facción.
Para desgracia de Naruto no todos compartían la alegría de sus padres por su nacimiento.
Nacer omega ya era lo suficientemente triste para los nobles de las demás facciones, pero al añadir que además aquel niño sufría una incapacidad que lo limitaba por el resto de su vida. Era algo trágico lo que les había sucedido al Márquez y a la Marquesa. Una desgracia que, tal vez, era un castigo de los dioses, o simplemente una dura prueba que debían de superar.
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El Emperador Sin Corazón (Sasunaru)
FanfictionÉrase una vez... Un emperador loco que quería torcer el destino a su favor, una bruja despiadada, un oráculo sagrado, un joven príncipe cuyo momento de su nacimiento estuvo marcado por la muerte y la desgracia, y un caballero Omega de quién dependí...