No me gustas

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Las clases de esgrima habían acabado y Adrien, pudo hablar con Kagami luego de que ella se desahoge en su combate.

Era tan confortane golpear a alguien que te gusta pero a él le gusta alguien más.

En fín, Adrien le contó todo lo que pasó recientemente para oír algún buen consejo y ahora la japonesa lo veía, mientras apretaba la empuñadura de su estoqueta con fuerzas.

Por lo que oyó, Adrien besó a Marinette dos veces, las dos veces huyó y él aún no se daba cuenta de que le gustaba su amiga.

-Dime Adrien, ¿de qué te sirve estar vivo sí estás bien idiota?

Preguntó la furiosa esgrimista, mientras el rubio la miraba con sorpresa.

Que raro, ya es la cuarta vez que oye ésa pregunta.

Nathalie, Nino y su primo le dijeron lo mismo pero en un tono más bulgar y gritándole.

-¿Por qué lo dices?- preguntó el rubio, con cara de confundido.

En ése momento, en ése precioso momento, Kagami perdió todo el interés por ése idiota.

¡¿Cómo es que Marinette llevaba tanto tiempo enamorada de un tonto como ése?!

La chica, intentando no apuñalar a su amigo, suspiro profundo y lo miró con más seriedad de lo usual.

-Adrien Agreste, hazte cargo de tus acciones.
Siempre supe que te gustaba Marinette pero que no eras capaz de darte cuenta por la timidez de ella, queriendo aprovechar yo la oportunidad para que te fijes en mí, pero ahora veo que no te diste cuenta que ella te gusta, por idiota.
¡Estás enamorado de ella! ¡Ya pídele que sea tu novia y hazte cargo de los besos que le diste antes de huir como un cobarde!

Gritó la peliazul, perdiendo la calma, apuñalado una banca.

Adrien, por primera vez, por el mismo miedo de ser asesinado, prefiero no negar lo que acababa de oír.

-G-gracias Kagami... v-voy a pensar en lo que me dijiste.- tartamudo el rubio mientras la chica se iba, con un gran dolor de cabeza.

Que bueno que era Marinette quien ganó y no ella, por que seguro iba cometer asesinato sí tenía que aguantar ése nivel de idiotez día a día.
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En la habitación de Marinette.

La azabache veía embobada las fotos de Adrien besándole, mientras acariciaba sus labios, recordando ésos momentos.

Justo que se había resignado a ser sólo una amiga, enamorado de su amigo quien no le da atención, viene a pasar todo éso.

Adrien también siente algo por ella, sólo no lo termina de asimilar.

-¿Princesa?

Una voz masculina se oyó atrás de ella y volteó para ver a Chat noir, pasando por su ventana.

-¿Se puede saber quién te dio permiso de pasar?- preguntó la ojiazul, con el ceño fruncido.

Que alguien pasé a tu habitación es algo malo, pero que pasé por la ventana, era muy malo.

Chat noir ignoro la pregunta de la chica y vio la pantalla del computador de ella, con las fotos donde Adrien la beso, como fondo de pantalla.

¿Qué querrá decir éso?

Marinette se dio cuenta de donde miraba el héroe y se cruzó de brazos mientras sonreía con orgullo.

-En tu cara, gatito.
Tu linda, tímida, torpe y según tú, terca amiga, ya se ganó el corazón del chico que le gusta y casi tiene novio.
Voy a tener a alguien que besar y apapachar, antes que tu.

Presumió la azabache con el pecho en alto y sus ojos cerrados mientras el héroe felino estaba en shock.

Adrien... ¿le gustaba a Marinette?

¡Pero ellos sólo eran amigos?!

El no podía corresponder a los sentimientos de Marinette, por que Ladybug lo esperaba.

-Marinette, tu no me gustas.

Dijo el rubio mientras ella abría sus ojos y lo veía confundida.

¿A qué venía éso?

Chat noir se acercó a ella de manera intimidante, se agachó, le tomó de la barbilla y le dio un beso en los labios, dejando a Marinette en shock, sin saber como reaccionar.

Chat noir separó sus labios de los de ella, viendo como Marinette tenía la boca semi abierta, procesando lo que acababa de pasar.

-No me gustas princesa.

Volvió a repetir el chico, antes de irse, lo más rápido posible, huyendo por tercera vez.

Tikki salió de su escondite y miró a su portadora quien estaba empezando a reaccionar, teniendo el ceño fruncido y sus mejillas ruborizadas.

-Tikki, ¿puedo usar el yo-yo de Ladybug como un látigo para castigar a cierto gato atrevido?

Preguntó la azabache, con sus ojos ligeramente llorosos.

No era concreto que salía con Adrien, pero... ¿éso contaba cómo infidelidad?

-Sí puedes, pero no lo harás.
Adiós.

Y la kwami se fue mientras su portadora maldecia a su compañero de batalla.

Continuará...
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¡Hola!

¿Alguna idea para continuar está historia o la concluyó en el capítulo 10?

Espero que haya gustado el capítulo.

Gracias por su tiempo.

Volveré...

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