El tiempo pasa

216 20 0
                                    

Narra Tn

- Halia, ¿Piensas quedarte ahí como un pasmarote? - Hoseok me golpeó ligeramente en la cabeza y después sonrió.

- Solo estaba pensando. - sonreí después agarré las herramientas para poder sembrar las semillas.

- No sé si debería preguntar sobre eso. - se agachó hacia la tierra por lo que me acerqué ligeramente. - Cuando siembres, debes de asegurarte que la tierra es fértil, después hacer un hueco hondo y dejar la semilla, después de eso debes de enterrarla y esperar a que crezca, mientras que la alimentas y el sol le da los nutrientes necesarios.

- Vamos a morirnos de hambre. - pronuncié tras pensar en todo el tiempo que tenía que pasar para que eso ocurriera.

- Eso es lo que tendría que hacer un humano, pero sabes jugaremos un poco con el tiempo y con las flores. - sonrió y después alargó su brazo hacia donde había plantado la semilla. Extendió su mano allí y después su mano comenzó a brilla, aquella semilla comenzó aflorar.

- ¿Cómo...? - estaba atónita ante aquello, parecía algo mágico.

- Tú también puedes hacerlo. - pronunció tras mirarme. - ¿Quieres intentarlo? - me agaché a su lado y miré aquella planta.

- Sí. - lo miré detenidamente cuando agarró mi mano con suavidad y después la posó cerca de otra semilla.

- Piensa en que quieres que florezca, en que quieres que el tiempo pasé rápido. - cerré mis ojos y después extendí mano mientras que pensaba en ello. 

- No pasa nada. - expresé tras pasar un rato y abrir mis ojos. 

- No pensarías que podrías hacerlo la primera vez. - se levantó y después sonrió. Caminó hacia la casa, por lo que rápidamente lo seguí.

- ¿Por qué puedes hacer esos trucos de magia? - le intercepté el pasó y después lo miré.

- No son trucos de magia, además deberías de hacerte a la idea de que dentro de poco podrás hacer cosas extraordinarias. - me esquivó y siguió caminando.

- Cosas como qué. - quería saberlo todo.

- Cosas como curar, cosas como volar, cosas como escuchar, como mirar, como mirar, como conectarse con la naturaleza e incluso con el ser humano. Halia, eres un ángel. - aquellas palabras me dejaron allí clavada. ¿Yo era un ángel? 

- Pareces sorprenderte , pero dentro de poco esos rumores, esa sorpresa se convertirá en hechos. Vamos, aún nos queda mucho que hacer.

- ¿Tú también eres un ángel? - pregunté tras alcanzarle. - Si es así porque estás aquí, no deberías de estar en el cielo.

- Debería, pero alguien que me sé no paraba de meterse en problemas. Así que tuve que intervenir, además me hiciste esperar unos cuantos años.  Mi poder no te trajo con demasiada exactitud, así que yo llegué antes.

- ¿Renunciaste al cielo por mí? 

- No, solo decidí venir a enseñarte como debe de ser un verdadero ángel. Solo voy a darte una advertencia antes de que hagas algo. Más te vale no renunciar a tus alas esta vez. - zarandeó mi cabeza y después sonrió. Caminó hacia la casa, por lo que le seguí, tras entrar me sirvió un poco de comida, por lo que me senté en la mesa.

- Tengo un montón de preguntas.

- No esperaba menos de ti. Te escuchó. - ni siquiera sabía por donde empezar, aquello parecía algo imposible de creer, era algo que no podía concebir, algo que se escapaba a mi mente.

La verdadera identidad del infierno (2 parte de enamorada del Diablo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora