No quiero verte llorar más

601 63 5
                                    

Narra Suga

Había pasado un tiempo desde que ocurrió aquello, pero parecía que eso nos había hecho cambiar a todos.

Mi hermano despareció y se fue a la tierra pensando que era mejor, que así TN no le odiaría, pero aunque quisiera decirle que no era así, que jamás sería así... No podía. 

Estaba ciego por el miedo que le provocaba perderla y de lo que realmente no sé daba cuenta era de que si la dejaba sola, su la lazo se rompería.

Por mi parte, la iba a ver todos los días. Siempre estaba encerrada en aquel lugar, nadie entraba nunca. Bueno, salvo Jin y yo. Éramos los únicos que podíamos llegar hasta ella.

No obstante, ver como aquella luz que había en ella, había desaparecido y a la vez estaba cada vez más apagada, me hizo querer hacer algo que pudiera recordar para siempre.

Qué la hiciera feliz, que la hiciera olvidar aquello que ya no tenía. Había intentado construir un jardín en aquel infierno, uno lleno de flores, de rosas, que crecieran árboles y aunque fue difícil lo pude lograr tras varios meses.

- TN.- grité tras entrar a la sala.

Cuando la miré la vi allí, recostada en aquel trono mientras que su mano tocaba aquella cosa viscosa.

Ni siquiera sabía que era, pero me parecía asqueroso hasta desde lejos. No obstante, a ella parecía reconfortante o al menos eso me parecía.

- Te oigo igual aunque no grites.- su humor empeoraba por momento y sabía a lo que se debía.

Sin embargo, por más que buscaba no lograba encontrar una cura o más bien la manera de que aquellas alas fueran devueltas a su espalda.

Sabía que las escondía en secreto, en una sala bajo llave y que cada noche iba a verlas.

Posiblemente se derrumbara ante ellas. Sería duro ver que esas alas ya no eran las mismas y que ese color blanco se acabó convirtiéndose en negro.

- Vamos no puedes estar encerrada todo el día.- Fui hacia ella e intenté sacarla a arrastras pero como de costumbre no era tarea fácil.

- ¿Qué es lo que tramas?- preguntó tras arquear su ceja.

- Solo confía en mí.- le tendió mi mano y al instante me la agarró.

No podía evitar pensar en que mi hermano era idiota y que quería protegerla a toda costa. Quería abrazarla, acariciarla, pero sobre todo besarla.

- Cierra tus ojos.- expresé antes de que llegáramos.

- ¿Qué es lo que estás tramando?- preguntó tras mirarme.

- Si quieres luego me golpeas, pero ahora confía en mí.- pronuncié ante su insistencia.

Cerró sus ojos, por qué me quedé contemplándola por un segundo, sin pensarlo levanté mi mano hacia su cuello y se lo acaricié con delicadeza.

En ese momento se movió ligeramente y sus mejillas se pusieron un poco rojizas. En ese momento me decidí. No iba a esperar más, iba a caminar hacia ella.

Hasta ese momento jamás había tenido una oportunidad, ahora la tenía al alcance de mi mano. Agarré su mano de nuevo y la guíe hasta aquella parte.

- Ya puedes abrir los ojos.- contesté al instante.

No quería quitar mis ojos de ella, quería ver su reacción, quería ver cómo sonreía, como era feliz.

Pero entonces unas lágrimas brotaron de sus ojos mientras que miraba aquello. Mientras que miraba cada árbol, cada hoja, cada flor de aquel lugar, como si fuera la primera vez que veía algo por el estilo.

- ¿Es esto lo que has estado haciendo todo este tiempo?- preguntó tras mirarme con sus ojos llenos de lágrimas.

- Se que echas de menos la tierra y también que te arrebatamos el cielo. Así que, al menos quería que tuvieras una parte de aquello en el infierno. TN, te lo dije en aquel momento... Voy a permanecer siempre a tu lado.

Pensé que me daría las gracias y después se quedaría allí, pero para mí sorpresa vino hacia a mí y me abrazó con fuerza.

Aquello era un sueño para mí, tenerla pegada a mí con sus brazos rodeando mi cuello, con su cabeza hundida en mí. 

No pude contenerme, levanté mis brazos y la abracé con fuerza como si quisiera que ese momento fuera para siempre.

Espero que os guste 💜

La verdadera identidad del infierno (2 parte de enamorada del Diablo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora