6.- Alguien

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Estoy perdido...

Sus rodillas impactan con el suelo, y sus ojos se inundan de desesperación. Escucha voces repitiendo lo que el médico había dicho. Pero él seguía sin entender o querer admitir, incluso aceptar, que aquello era cierto.

Cubrió su rostro en un acto de negación.

Una mano por detrás de su espalda trató de levantarlo.

Pero él se mantuvo de igual manera, se escuchó un suspiro, un llanto y un silencio.

Park fue el primero en hablar después de cinco minutos.

—¿Puede pasar a verlo?— preguntó con un nudo en la garganta.

El médico asintió sin mucho ánimo, SeokJin con la poca fuerza que poseía ayudó al mayor a ponerse de pie.

JiMin hizo acrobacias para que Min logrará caminar, sus piernas parecían no funcionar.

Fue SeokJin quien abrió la puerta.

Y fue YoonGi quien gritó de dolor al ver a su hermano en la camilla, pálido recostado y muerto.

Los aparatos a su cercanía se mantenían apagados. Vendas en su cabeza con sangre seca evidenciaban aquel intento médico de querer salvar su vida, y que terminó con la defunción de Jeon.

YoonGi se soltó del agarre de Park, y escondió de un salto su lloroso rostro en el pecho de su hermano.

Pudo sentir el frío e inerte cuerpo, y eso le llenó más de ansiedad.

—P-Por favor responde...— pidió llorando más fuerte. Los dos menores miraban con pena en la retina.— No me d-dejes... ¡Te lo prohibo!

YoonGi no se separó del cuerpo hasta una hora después.

Y no se separó de buena manera, pues el camillero recibió un puñetazo de parte suya al intentar retirarlo.

—Lo lamento mucho, Min. Tienes suerte que ese joven no presente cargos.— comentó Kim Namjoon, a quien intervino cuando el pelinegro realizó un escándalo.

Min mantenía la mirada fija en la ventana, observaba fijamente el vidrio no el paisaje de la bella ciudad en primavera.

Su corazón se oprimio recordando que Jeon amaba la primavera.

Por que era como si el mundo estuviera alegre.

Sus párpados se juntaron, y de sus pequeñas pestañas, lágrimas formaban fila para ir deslizándose por su mejilla desmesuradamente.

Diviso con la vista oscura a JungKook.

Con las dos piernas.

Con esa sonrisa real.

Con todo lo que significaba Jeon JungKook.

Ese pequeño castaño que se volvió su mejor amigo en el orfanato.

YoonGi no podía imaginar un futuro, una vida sin su mejor amigo, sin su hermano, su única familia.

Por otro lado, pensó que estaba feliz, pues a pesar de que ni YoonGi ni JungKook eran creyentes, le gustaba la idea de que se había encontrado con su difunta familia.

Y tal vez, ya no pensaba en ese muchacho que le causó tanto dolor en vida.

Pero la tristeza de la realidad sopeso más que eso.

Jeon JungKook estaba muerto.

Empuñó sus nudillos con fuerza y golpeó lo que tenía por delante, quebrando la ventana del automóvil de SeokJin.

Un Vaso De Lágrimas [YoonMin] (m-preg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora