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Últimamente a Yerin le gustaba más la universidad y pasar tiempo en ella, escuchar a los maestros, a sus compañeros que a veces no soportaba, hacer la tarea, ir a eventos y actividades extracurriculares.

Le gustaba cualquiera cosa que la distrajera y le hiciera olvidar que tenía el corazón roto. Mientras menos tiempo pasara encerrada en su casa o enviciada en su celular, mejor era.

Las competencias deportivas habían iniciado un día después de que ella y Taehyung terminaran, a Yerin no le gustaban mucho los deportes pero sentía una debilidad por tiro con arco, así que decidió tomar la oportunidad de ir a ver a sus compañeros y animarlos por competir para ganar una medalla en nombre de la universidad.

Después de terminar las clases aún le quedaba tiempo para ir a comer algo a la cafetería y enseguida pasarse al gimnasio de la universidad, justo a tiempo antes de que las competencias comenzaran. El tiempo se ponía a su favor.

Se encontraba decidida a comer su delicioso ramen, cuando vio de reojo una figura masculina posarse a su costado. Yerin tuvo miedo.

Pensó en Taehyung, en las ocasiones en las que iba por ella después de clases, empalideció y quiso que se la tragara la tierra, no quería levantar su cabeza ni ver quien se encontraba ahí. El chico se aclaró la garganta.

―¿Puedo sentarme aquí? ―preguntó una voz un tanto conocida, Yerin sintió un pinchazo en el corazón― Las demás mesas están ocupadas y no hay espacio afuera para comer.

De pronto Yerin se sintió decepcionada y no entendió porque si ese chico no era Taehyung, se sentía de aquella manera. ¿Acaso en realidad esperaba que fuera él?

Yerin levantó su cabeza y le sonrió a Rowoon, su compañero de clases.

―Claro que sí ―respondió haciendo una venia.

Rowoon la imitó y colocó su bandeja de comida en el asiento frente a ella. Yerin no pudo evitar sentirse un poco nerviosa, el joven era bastante guapo y popular entre las chicas, además era muy amable y te llevabas una sorpresa cuando veías en él, el aura de un chico que no se comprometía con nada ni con nadie, pero era aplicado y uno de los mejores de su generación.

Cualquier chica se pondría nerviosa si comparte mesa con él, se juró Yerin. Incluso un hombre lo haría, agregó a su pensamiento. Y con torpeza tomó los palillos entre sus dedos dispuesta a comer el ramen caliente.

―¡Ah! ¡Hyung apúrate! ―exclamó Jungkook cuando divisó a Taehyung saliendo de la Universidad.

El nombrado se colocó sus gafas de sol mientras se dirigía hacia su menor a paso seguro, Jungkook no pudo evitar pensar en que se veía bastante guapo.

No entendía porque estaba estudiando  veterinaria si podía ser un modelo de los grandes, hasta tenía la pinta de actor de dramas. Un grupo de chicas que se encontraban conversando entre ellas, comenzaron a halagar a su amigo en susurros, Jungkook se rió.

―¿Por qué no simplemente escoges a una de ellas y te olvidas de Yerin? ―el menor apuntó de una manera despistada hacia las mujeres que miraban a Taehyung de una manera seductora.

―Por eso Eunha no te hace caso ―respondió el castaño, dándole una palmada a su amigo― Apúrate, se nos hará tarde.

Jungkook se sintió dolido y no pudo evitar mirar al grupo de jóvenes con disgusto. Taehyung tenía razón.

Yerin estaba sentada en una de las gradas del gimnasio de la Universidad con Rowoon a su lado, habían terminado juntos porque la comida se había tornado un poco incómoda con ambos compartiendo la mesa, y una cosa llevo a la otra y terminaron descubriendo que tenían un montón de cosas en común.

La charla que mantenían era animada y divertida, Yerin no había podido parar de reír en esos 10 minutos mientras ignoraba como el gimnasio se llenaba de personas de otras Universidades y de personas ajenas que sólo apoyaban a los competidores.

Incluso había dejado de pensar en Taehyung desde que Rowoon habló por primera vez.

―Iré por una gaseosa ―Rowoon le avisó a Yerin con una sonrisa en sus labios― ¿Quieres una?

Yerin le sonrió y asintió, el chico se alejó de inmediato para conseguirlas antes de que se acabasen, fue entonces cuando Yerin por fin dejó de mirarlo y pudo voltear a su alrededor y observar varias caras.

―No puede ser ―masculló para ella, bajando la cabeza y cubriéndola con su cabello.

Taehyung acababa de entrar por las inmensas puertas del gimnasio con sus amigos.

Taehyung dejó de prestarle atención a lo que decía Jimin para buscar espacios vacíos y poder sentarse los cuatro juntos, veía caras desconocidas y otras conocidas, su Universidad estaba compitiendo contra la Universidad de Yerin.

Cuando su mente trajo a flote el nombre de su ex novia, la divisó en las gradas del lado izquierdo y deseó no haberlo hecho.

Un chico le tendió una gaseosa y Yerin la tomó, sonriéndole de una manera tierna, sonriéndole como le sonreía a él cuando apenas comenzaban a tratarse.

Pero de cualquiera forma, ¿qué hacía ella ahí? Si no le gustaban los deportes. Taehyung se sintió enfadado, había asistido a las competencias porque iba a apoyar a un amigo y sabía que aunque el evento se diera en la Universidad de Yerin no la vería, estaba seguro, ¿por qué había fallado?

¿Por qué tenía que encontrársela en la misma habitación y de la peor manera?

Por Perro. 『Kim Taehyung + Jung Yerin』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora