08.

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Al día siguiente, a las siete con treinta minutos, Taehyung se estaba dirigiendo con calma hacia la casa de Yerin.

Se sentía nervioso, como la primera vez que conoció a sus padres y tenía miedo de no agradarles, sólo que ahora era diferente porque ya había habido una historia anteriormente.

Durante la madrugada, mientras los padres de Yerin le agradecían el cariño que le tenía a su hija y su preocupación por ella, a pesar de ya no compartir ningún tipo de relación, se dio cuenta de que ellos no sabían la razón de su ruptura, de otra manera, no lo habrían tratado tan bien, y se preguntó porque Yerin no les había contado.

Quizás de eso quería hablar la chica con él y eso lo hacía sentir realmente pequeño, totalmente expuesto.

Cuando llegó a la casa de su ex novia, la cena estaba servida y el olor delicioso pasaba por la sala hasta llegar a la puerta de entrada, Jung Yerin ya se encontraba sentada en su habitual puesto y estaba sirviéndose jugo de mango en un vaso.

―Buenas noches ―saludó con su voz gruesa, Yerin volteó a verlo y le sonrió.

Taehyung no entendía las actitudes de la muchacha, creía que así no era como debía actuar una chica que aseguraba por todas las de la ley, que su ex novio le había sido infiel con toda la intención de lastimarla y arruinarle la existencia por un buen rato. Pero aún así, le sonrió.

―Buenas noches, Taehyung ―saludó la señora Jung, señalándole su asiento, que quedaba en frente del sitio de Yerin.

La cena transcurrió tranquila, el señor Jung habló de los nuevos planes que tenía la empresa de bienes raíces para la cual trabajaba y la señora Jung les contó sobre la nueva receta que había entrado al restaurante en el cual trabajaba como chef. Parecían conversaciones vacías, pero eran agradables de escuchar.

Los cuatro habían reído y sonreído mucho cuando era debido, así que cuando la cena terminó, los padres de Yerin se ofrecieron a lavar los platos sucios mientras los chicos subían a la habitación de su hija para llevar a cabo esa conversación que tenían pendiente.

―¿Quieres qué te ayude? ―cuestionó Taehyung, con un deje de duda en la voz.

No es que no quisiera ayudar a la chica, pero temía que ella no quisiera tenerlo cerca otra vez.

―¿Estás seguro de qué quieres ayudarme? No suenas muy convencido.

―Lo estoy ―aseguró Taehyung, asintiendo― No sé si tú quieras que te ayude.

Yerin asintió, dejando sus muletas recargadas sobre la mesa, indicándole a Taehyung que sí quería su ayuda.

Taehyung se acercó a la chica y pudo aspirar su perfume, dándose cuenta de que había cambiado el que usaba antes, este era más fuerte que el anterior, pero no le disgustó. Pasó su brazo izquierdo por la cintura de Yerin para sostenerla con firmeza y levantar sus piernas con su otro brazo y subir las escaleras.

Ambos se dirigieron a la habitación en silencio, Taehyung cuidaba muy bien que la pierna lastimada de Yerin no tocara ninguna superficie, Yerin no dejaba de mirarle el rostro e inspeccionarlo como si nunca lo hubiese hecho antes.

―¿Puedes dejar de hacer eso? ―suplicó Taehyung, con la voz entrecortada― Me pones nervioso.

―Está bien así ―negó Yerin, sin apartar su vista― Entras en calor más rápido, te espera una conversación larga.

Taehyung se detuvo en el último escalón para mirar a Yerin a los ojos, su mirada era intensa, demasiado intensa que Yerin casi aparta la suya, pero no lo hizo. Porque recordó lo mucho que amaba que Taehyung la mirara así.

Por Perro. 『Kim Taehyung + Jung Yerin』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora