Prologo

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Caminaba con pasos lentos hacia el hospital, ciertamente no tenía muchos ánimos de salir de mi cuarto. Me sentía como si mi alma estuviese deprimida, tantos años y tantos problemas en los cuales nos habíamos metido Naruto y yo para traer de regreso a Sasuke, habían sido en completo en vano....Hace una semana que se había vuelto a ir.

Todos estos días los había pasado en mi cama llorando y lamentándome su partida, no podía comprender el porqué de sus acciones. Por un momento creí que quizás él se quedaría y fuese posible algo entre nosotros dos. Pero me había equivocado. Ahora solo podía sentir lastima por mí. Puesto que nuevamente mis sentimientos no fueron correspondidos.

De tal manera que con un corazón dolido al saber que pasaría mucho tiempo sin saber de él, decidí enfocar mi vida en algo que fuese realmente importante. El estarle llorando no haría que el cambiara de opinión y regresara. Tenía que dejar de inventarme historias de amor para comenzar a ver lo que era mi realidad.

Por ese motivo me dirigía al hospital, quizás apoyando con consultas y jutsus médicos me fuese posible quitarme de mi mente y corazón el dolor que me dejaba la nueva partida de Sasuke.

Al llegar hubo algo que llamo por completo mi atención. La sala de urgencias estaba completamente llena, pero lo que me sorprendió era el hecho de que no había ni hombres ni adolescentes, únicamente eran mujeres con niños. Lo primero que pensé fue que quizás era día de vacunación, pero al recordar la fecha, eso había sido hace como tres días. Pero si no era por eso no me explicaba el porqué de su presencia.

-¿Por qué nadie me aviso que había campaña de vacunación?, pude haber llegado más temprano para apoyar y así evitar toda esta saturación de pacientes. – cuestione a la enfermera quien se encontraba en el escritorio tomando datos.

-No hay campaña de vacunación Sakura-San, lo que pasa, es que todas estas mujeres traen a sus hijos a consulta.

-¿Todas?, ¿Hay alguna epidemia?- pregunte un poco a alarmada, en las condiciones en las que se encontraba la aldea, el tratar una epidemia no sería nada sencillo hablando económicamente.

La enfermera no dijo nada y miro un poco dudosa a su alrededor.

-Sígueme- dijo tomándome de la mano y llevándome hasta el recibidor del hospital.- No hay epidemias, pero es cierto que todos vienen a consulta, sin embargo lo curioso aquí es que ningún niño está enfermo. Es probable que no sepas puesto que has venido muy poco, pero desde hace días han acudido varias madres de familia expresando que sus hijos presentan comportamientos extraños, algunos se alteran, gritan y lloran, mientras que otros se comportan agresivamente e inclusive unos han dejado hasta de hablar. No obstante el doctor en turno quien los ha estado revisando afirma que no es nada más que "ataques de nervios".

- Pero eso es absurdo, sé que hay personas que desde muy temprana edad desarrollan nerviosismo, pero no tantos niños al mismo tiempo, además por lo que logre observar hay de todas las edades. Eso es demasiado raro.

-Pues así como lo ves y oyes. Esto es una situación que está sucediendo diariamente.

-Tsunade-sama o Shizune saben sobre esto?

-No, el medico en turno decidió esperar un poco más, hasta tener suficientes pruebas que comprobaran que se trata de algo grave.

Regresamos a urgencias y no pude evitar observar a cada niño que se encontraba ahí. Ciertamente todos tenían una apariencia de miedo, preocupación, como si algo fuese a pasar. Nunca había visto algo así en mis casi 19 años que llevaba viviendo en Konoha, por lo general solo veía niño jugando y haciendo travesuras en la calle, nunca asustados dentro de un hospital.

El escepticismo de nuestro amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora