El hijo de Nemesis

Un encuentro con Dolph Lundgren

En su vida se había sentido así: tan temerario y poderoso. Había vencido a un monstruo con solo con bate de béisbol roto, había salvado a su entrenador, la cabra loca mas bélica que jamas hubiera conocido y sobre todo se sentía... bien, muy bien. Había sido arriesgado, si, una locura, definitivamente, pero sentía muy dentro de él que se había superado a si mismo como jamas lo hubiera podido hacen en cualquier gimnasio, por bueno que este fuera.

¿y ese sátiro le decía que había todo un campamento de chicos como el? Pues claro que iría, quizás hubieran mas monstruos y quien sabe que retos pusieran a prueba su habilidad. Se sentía invencible, hasta que oyó esa risa.

-ja ja ja... excelente trabajo muchacho.-dijo una voz a sus espaldas.

Automáticamente sintió unas ganas casi incontrolables de partirle la cara a quien se estuviera riendo (cosa que lo sorprendió) pero al voltear solo vio a un sujeto observándolo y aplaudiendo como si lo hubiera visto todo. Era imponente y realmente grande.

Apoyado sobre una motocicleta chopera se encontraba el tipo mas rudo que hubiera visto jamas, y algo me decía que de haber buscado en un diccionario lo que la rudeza significaba, seguro habría una foto de ese tipo ahí. Media casi dos metros con seguridad, vestía unos jeans gastados, borsegos de punta de acero, musculosa blanca y una campera de cuero con tachas en los hombros. Un gran cinturón con una hebilla con cabeza de jabalí sostenía un enorme cuchillo de mango militar en su cintura, tan grande que habria hecho que Dolph Lundgren sintiera envidia. ¿mencione que tenia armas en su moto? ¿no? Pues claro que las tenia. En las alforjas traseras había una escopeta personalizada a un lado en su funda y al otro una bazuca con pintura de camuflaje, con la leyenda "saluda a big daddy"... pero fue su rostro lo que mas me llamo la atención.

El sujeto se levanto con paso decidido pero con calma. Caminaba como un hombre que no tiene ni la necesidad, ni la intención de pasar desapercibido. Y camino con sus ojos fijos en mi. Al acercarse pude ver con mas claridad su rostro: tenia gafas de sol, tras las cuales se veía un resplandor rojo, como si en lugar de ojos tuviera una ventana en las cuales se veían mil explosiones nucleares.

¿alguna vez te has cortado al afeitarte? Pues imagina que te afeitaras a machetazos, y luego rebajaras lo que quedara con una motosierra. Ahora con esa imagen quizás puedas imaginar la cantidad de pequeñas cicatrices diseminadas por toda su cara. O bien tenia la forma mas extrema de afeitarse o bien eran de viejos combates donde detenía espadazos con los dientes... la idea era inquietante, casi tanto como su cabello cortado al ras y lo regio de su semblante. Si todavía no te haces una idea, imagina al personaje de Ivan Drago (Rocky IV) con el estilo militar de Gunnar Jensen (los indestructibles 2) y luego unelo a Terminator, ahora tienes una idea de como se veia.

-Para ser un novato, sin experiencia y sin armas de bronce celestial... bastante bien. -dijo con una voz profunda, que de alguna manera lo hacia sentir orgulloso de si mismo, aunque en su vida habia visto a aquel peculiar sujeto.- seria interesante ver que puedes hacer con algo de entrenamiento y debidamente armado. Por ahora, y en recompenza por tu hazaña, te dare un obsequio digno de un hijo mio con tu estilo.

Dicjo esto se saco esos enormes guantes de motorista y se los dio sin mas ceremonias.

En ese momento se acerco el entrenador Hedge que parecia, por una vez, no querer golpear a nadie.

-se-se-señor Ares, ¡es un gran honor estar en su presencia!-dijo haciendo una profunda reverencia-

-ahh, un satiro guardian, que ademas tiene el buen gusto de seguir mis pasos. Bien, tu llevaras a mi hijo al campamento

Y te aseguraras de que sea instruido como corresponde. -se cruzo de brazos, como retando a alguno de los presentes a cuestionarlo-

-¿su-su hijo ha dicho? Ya me parecia que este chico era especial. Ciertamente eso hare señor.

-un segundo...¿mi padre? ¡pero si no te conozco! ¿y ahora quieres enviarme lejos? ¿tienes idea de lo duro que fue para mi madre? -la ira emanaba de un pozo muy profundo en él, desde que recordaba su madre habia estado sola, lo habia criado sola. Y ahora venia ese sujeto diciendo que era su padre... ¿como lo habia llamado Hedge? ¿Ares? Como el programa o como... oh-

-¡Mas respeto para con tu divino padre muchacho! ¡estas ante el mismisimo dios de la guerra, Ares en persona!

-tranquilo sátiro, es normal que este enfadado, pero no tengo tiempo para explicaciones. Usa tu regalo para alcanzar la gloria y quizas nos veamos de nuevo. ¡Enorgulleceme!

El chico miro sus guantes, demasiado grandes para sus manos y al levantar la mirada Ares yaestaba sobre su motocicleta, y mientras el motor rugia, se despidio con un gesto y desaparecio en la carretera dejando solo un rastro de neumaticos quemados tras de si, y a un muchacho mas confundido que impresionado.

El entrenador silvó admirado.

-esa si que es una salida dramática. ¿Y bien muchacho? Pontelos y ¡Enhorabuena! ¡Salve Luka, hijo de Ares!

Una luz rojiza brillaba sobre el, sin mirar sabia lo que era: la cabeza de un jabalí con dos lanzas cruzadas, el símbolo de Ares, reconociéndolo. Pero nada de eso le importaba. Estaba cansado.

-no me llame así, mi nombre es -miraba los guantes mientras se los ponía esperando lo natural: que le quedaran grandes, pero al ponérselos se ajustaron a sus manos como si hubieran sido hechos a medida, luego brillaron y se transformaron en unas brillantes nudilleras de bronce, irradiaban un calor especial, que le hizo pensar que no era bronce común y corriente.-Knockle o nudillos pero no Luka, Luka murió en una pelea con un perro infernal. Ya no soy un niño.

Se ajusto sus nuevos guantes con nudilleras y miro al sorprendido sátiro ponerse el bate al hombro ¿de donde rayos había sacado otro bate de béisbol?-

-vamos a ese campamento -dijo- pero primero, debo despedirme de mi madre.

Luego todo paso tan rápido como en un sueño, se despidió de su madre que estuvo de acuerdo con él al oír el nombre de Ares, prometió visitarla en las vacaciones, luego siguieron su camino no sin más de un encuentro problemático, casi siempre por culpa del ardiente deseo del entrenador de demostrar que no había monstruo que resistiera a su poderoso bate de guerra, como lo llamaba. Pero llegaron mas o menos bien al campamento.