Interludio

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Baje el pesado libro que tanto me costo encontrar.

Estaba sorprendido, pues mientras leía casi podía visualizar los acontecimientos... solo que en primera persona.

Dos amigos. Dos compañeros de armas.

Un hijo de Ares luchando codo a codo con los hijos de Demeter y Hermes.

"Rose y Marcos"

No podía explicar como los conocía, de Marcos no había leído su nombre y aun así...

-¡Presto-enredado! -casi podía ver a ese molesto rufián lanzándole las endemoniadas semillas-enredadera a mis pies otra vez-

-¡otra vez sopa, Marcos! ¡Te dije que no las malgastes! Esas armas-semillas fueron un regalo de mi madre por un gran servicio que le prestaste. Se supone que son para salvar vidas y vencer monstruos, no para jugar bromas y molestar a Luka... -dijo Rose liberándolo por enecima vez- en serio, un día de estos te atrapara y descubrirás...

-...porque me llaman nudillos -respondieron al unisono Knockle y Marcos-

-¡ahí estas! Jack, si sigues soñando despierto te quedaras sin comer. -dijo el sátiro y acto seguido sonó su silbato-¡¡ FIIIRRMEEES!! MARCHE AL COMEDOR SOLDADO.

Volvi a la realidad como quien despierta con un baldazo de agua fria.

-tranquilo entrenador, solo estaba... -una súbita idea me golpeo como una patada de cabra- disculpe entrenador... ¿conoció a un tal... "nudillos"?

-¿y donde oíste ese nombre, si se puede saber? -pregunto el viejo sátiro

-en un viejo libro menciona a un espectacular sátiro con un "Bate de guerra invencible" y pensé que quizás...

-pues pensaste bien yogurin, efectivamente fui yo quien lo encontró y lo trajo a este campamento. No hay muchos hoy en día con las agallas para luchar con un monstruo como lo hacia el. Pero eso fue hace mucho y hoy es un día demasiado bello como para arruinarlo con historias trágicas... ve a comer de una vez -algo no encajaba... su expresión había pasado del orgullo al desanimo y la desdicha, dejando es rostro adusto y serio completamente desolado- es una lastima... tenia tanto potencial... te pareces a el.

Eso ultimo me impacto especialmente, sobretodo porque yo lo pensaba también.

Fingí no haberlo oído y me encamine hacia el comedor, ansioso por saciar el hambre y la impaciencia por seguir ojeando ese libro.

Luego de terminadas las clases normales y cuando debíamos descansar volví a ojear las paginas, sin saber que vería pero sabiéndolo como quien ve un viejo álbum de fotos y recuerda a medias el pasado.

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⏰ Última actualización: Oct 23, 2014 ⏰

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El hijo de NemesisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora