capítulo 4

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Si en la medida las personas actúan diferente en las distintas situaciones. Tal vez la mejor forma de conocer a una persona, es ver qué efecto causa en las personas que le rodean. Pero entre tantas máscaras, entre tanta pintura para diseñar al supuesta "perfección" ¿cómo distinguir una cara a un payaso disfrazado con la frivolidad de una mujer?, no busco con mi comentario herir los sentimientos de nadie, es mi punto de vista, pero creo que la naturalidad es hermosa, si hay tanta vanidad y personas buscando perfección es porque ya no queremos de verdad. La verdad te hará libre, ¿no? pero la sociedad te ata a los estereotipos vacíos, o que quizás la mejor opción.

- ¿Me prestas tu celular? Dijo con cara seria y después de haberme ignorado por la mayoría de la mañana.

- Está bien. Le di mi celular sin ningún tipo de combinación para el bloqueo.

Ella entró al baño. Yo, mientras me quedé con unos amigos cerca de ahí. Salió, me entregó mi celular, y sin ninguna explicación de qué le sucedía, se fue. Por instinto revisé, resultó que borró nuestro chat.

- Tenemos que hablar. Le dije. cuando coincidimos en la tarde de ese sábado.

- No tengo nada que hablar contigo. Dejó de mirar su celular para fulminarme con la mirada. Hablaba enserio y yo también. Pero sé de buena forma que no se puede molestar a una mujer que ya está enojada.

La dejé y caminé hasta la cafetería donde me esperaban unos amigos.

Y como era de esperarse no me habló por al menos dos días.

Me hacía falta. Así como cuando mi celular se averió en la segunda semana después de conocernos. Fui con mi familia a ver al bebé de uno de mis primos, verdaderamente hermosa, una bebe tan tierna que daba ganas de comérsela.

Llevé a mi madre a su casa. Tenía planes de salir, y de pronto mi celular solo se apagó.

¡Maldita sea! Parecerá que la dejé porque no le quería hablar, y en verdad no tenía su número por ningún lado. Lo más desgraciado fue que al día siguiente no habría ningún lugar abierto.

Pero mi amigo FaceBook me salvó, había entrado de metiche a ver su perfil y se guardó en los más recientes, y al menos pude escribirle por allí desde mi computador. Tardé un día y medio para poder comunicarme. Y ella en realidad no usa mucho FaceBook.

- ¿Hola? Quiero disculparme por haberte dejado hablando sola, mi celular está averiado. Espero estés bien. Besos.

Y ahora a esperar que lo vea. Me quedé por un rato por si aparecía pero no fue así.

Al día siguiente me contestó. Mi celular volvió a la vida. Y las conversaciones continuaron.

Quizás esta no sea la mejor forma de narrar esta historia, pero así es como las pienso. Mientras les contaba esto la semilla de la duda estaba dando los resultados esperados por quien sembró la intriga.

Cuando por fin bajó un poco la guardia pude saber de ella.

- Hola, solo quiero saber cómo estás. Le escribí la mañana de ese jueves.

- Hola. Estoy bien. Dijo y creo que sus palabras eran una tijera filosas.

- ¡Me da gusto!

- Ok. Su arma más filosa era esa. Bueno sus labios también lo eran, era filosa hasta cuando caminaba.

- ¿Me dirás qué pasó? No podía dejarlo así. Simplemente no me gusta.

Cuatro Estaciones Entre Tú y YoWhere stories live. Discover now