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- ¿Puedo ir a la playa a jugar? - un pequeño de menos de 10 años miraba con sus ojitos brillando de emoción a su madre, esperando una respuesta.

- Está bien, pero Yeji tendrá que acompañarte.

El menor asintió repetidas veces y fue en busca de su hermana mayor, su padre le había regalado juguetes para hacer castillos y figuras en la arena, se habían mudado a Busan hace poco por trabajo pero Yoongi no podía estar más emocionado.

Después de insistir e insistir, su hermana finalmente acepto y tomaron las cosas necesarias para salir de casa en camino a la playa. No tardaron mucho en llegar, Yoongi fue corriendo hasta la arena no sin antes quitarse las sandalias, acción de la que se arrepintió ya que la arena estaba demasiado caliente.

Salió corriendo a la sobra más cercana mientras Yeji solo soltaba carcajadas. - Quédate ahí mientras pongo la sombrilla. - habló con algo de esfuerzo al intentar recuperar el aire. - Aprovecha a ponerte bloqueador o te arderá.

El pelinegro hizo lo dicho por su hermana y camino hacia ella para dejar sus cosas. - No vayas tan lejos, Yoon. Aquí estaré por si pasa algo.

- ¡Intentaré! - tomó sus juguetes y salió corriendo en busca de un lugar para jugar.

Era fin de semana, así que era de esperarse que hubiera tanta gente cosa que hizo molestar a Yoongi por no haberlo pensado antes, aún así continuó buscando, caminando por la orilla del mar se hipnotizó por lo lindo que se veía a pesar de alguna que otra basura que encontraba en lo profundo de este, tanto estuvo apreciando el mar que no se dio cuenta cuando ya no había nadie y solo había unas rocas frente suyo.

Miró su alrededor y se encogió de hombros comenzando a juntar arena en su cubeta para hacer torres que decoraba con algunos pedazos de coral y conchitas de mar. Mientras buscaba alguna para colocar en la punta se encontró con una estrella de mar pequeña, parecía ser realmente un adorno, de color azul turquesa con detalles morados. Sin duda era algún adorno de cabello que se cayó a alguna niña de por ahí.

Estaba a punto de tomarlo, se lo regalaría a Yeji para no desperdiciarlo, pero antes de si quiera intentarlo alguien más lo tomó, un niño rubio aparentemente menor que él, que le miraba con miedo.

- Oh, lo siento. Pensé que estaba perdido.

Intentó disculparse pero la mirada del chico no cambiaba mientras tomaba el adorno más cerca suyo. Aquello incómodo un poco a Yoongi. - ¿Te encuentras bien?

Se acercó un poco al menor por si necesitaba ayuda, pero este se alejó, ahí fue cuando Yoongi lo notó. En lugar de piernas el rubio tenía una cola, como de un pez, era color turquesa y las escamas brillaban con el sol haciendo que se vea bastante linda.

- No te haré nada malo, ¿de acuerdo? Me llamo Yoongi, Min YoonGi. ¿Y tú?

El pequeño pareció dudarlo un poco, su madre siempre le dijo que no confiara en las personas de la superficie, esos hombres eran feos, malvados y si lo veían solo lo atraparían para comerlo. Pero el niño frente suyo era lindo, adorable y pareció preocuparse al ver el feo raspón en su pancita, así que se arriesgó a confiar. - Kim TaeHyung.

- ¿Necesitas ayuda con eso? ¿Te duele mucho? - intentó acercarse de nuevo pero esta vez Tae no se alejó y asintió a su pregunta. - Creo que mi hermana trajo banditas, espérame aquí.

- No hace falta, mi mami me ayudará cuando vaya a casa.

- Al menos para ayudar, por favor, no te muevas. - apenas el rubio asintió, Yoongi salió corriendo de donde vino, por suerte no había recorrido mucho pero igual tardó su tiempo. En unos 15 minutos ya estaba de regreso donde el tritón se encontraba, su hermana estaba con un chico así que fue fácil pasar desapercibido. - ¿Taehyung? ¿Sigues aquí?

- Por aquí. - levantó su mano detrás de unas rocas, se estaba colocando el pequeño adorno de estrella de mar para que su fleco no le cayera en la cara, viéndose adorable a los ojos de Yoongi.

- Ven, es una bandita. Mi mamá me las pone cuando me caigo y me hago raspones. - hablaba mientras se la colocaba con cuidado de no asustarlo. - Solo tenía de Hello Kitty, lo siento por eso. - miró alegre lo bien que la había puesto. - Espero no se caiga con el agua.

- Está muy linda. - miró antentamente la bandita y le regaló una sonrisa muy singular. - ¡La voy a conservar si se cae! ¡Lo prometo!

El mayor le correspondió la sonrisa. - ¿Qué estabas haciendo para que eso te pasara? - preguntó curioso.

- Estaba jugando con algunos peces cuando pasó un... ¿barco?... realmente no sé que sea, pero iba muy rápido y una chica estaba detrás. Cuando quise esquivarlo choque con las rocas. - explicó tranquilamente pero cuando iba a preguntar que hacía el mayor tan alejado de los demás ambos niños se asustaron por una fuerte ola que golpeó las rocas seguida de otra más pequeña.

- Lo siento, me tengo que ir. Gracias por todo, Yoongi.

- Está bien, ten más cuidado la próxima vez. Adiós. - se levantó de las rocas y comenzó a recoger sus juguetes para irse.

- Espera, podrías... ¿podrías volver mañana? Me gustaría ser tu amigo. - habló de forma tímida el tritón.

- Claro, traeré algo de comer, ¿te parece bien?

- ¡Sí! Me gustaría probar comida humana, también traeré algo de casa.

- Entonces te veo mañana, Tae.

Sonrió cuando el menor se metió al mar y antes de irse se despidió con un movimiento de mano.

A él también le gustaría ser su amigo.

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