2

254 15 3
                                    

2

Había tenido tantos sueños en los que aparecía él que ya ni los recordaba todos.

Y sus apariciones habían cambiado parte de mi adolescencia, y algunos me creían loca, incluyendo mis padres, entonces me mandaron con una psicóloga, a la que no le iba a contar lo que me estaba pasando.

***

Estaba corriendo, toda mojada, escapando de unos hombres con túnicas negras. El lugar donde me encontraba parecía ser una ciudad abandonada, y era de noche. Pasé por un paredón que llevaba a una calle sin salida y no volví a ver a los que me perseguían.

Todo estaba oscuro. Solo veía un par de luces a lo lejos. Me acerqué aceleradamente hasta ellas, pero no estaban tan cerca como parecían.

Seguí corriendo a la mayor velocidad que logré alcanzar. Entonces paré al ver que no podía seguir corriendo ya que empezaba a respirar entrecortadamente.

No había nada a mi alcance, todo parecía haberse esfumado. Escuché un ruido, una risa femenina. Hay una chica cerca –pensé. Escuché otras voces. De repente, aparecieron bruscamente los hombres con túnicas. Estas les cubrían también las caras. Y de un momento a otro se las quitaron.

Los conocía, eran todos conocidos. Allí estaban mirándome mis padres, mi hermano y un chico que conocía cuando era pequeña pero no recordaba su nombre. Este me miró detenidamente, era el mismo que de pequeño pero más alto.

Traté de recordar su nombre, pero no pude. Los observé aún callada mientras ellos permanecían quietos.

De repente escuché la voz de mi madre gritando Elizabeth y luego sentí agua en mi cara. Y la imagen de los cuatro conocidos con túnicas negras se desvaneció y apareció mi madre intentando despertarme.

Benjamin Parks (Sueños)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora