Por unos segundos pienso que esto no es real, que recién me levanto y todavía hay pequeños sueños por rodando mi cabeza. Sus penetrantes ojos azules se clavan en los míos, y cuando me mira fijamente da un paso adelante. La botella que tengo en la mano se cae al piso y me sobresalto ante aquel sonido. Mis dedos tiemblan, mis manos tiemblan, mis brazos tiemblan, mis piernas tiemblan, mi cuerpo tiembla. De un momento a otro, este miedo interior me provoca piel de gallina y un escalofrío cruza por mi espalda cuando observo cómo Benjamin Parks da otro paso hacia adelante. Me quedo boquiabierta y tengo ganas de salir corriendo de la cocina, pero no me muevo; me quedo quieta en ese lugar exactamente como me encontraba cuando lo vi. Está a un par de metros de mí y en su cara aparece una sonrisa, pero esta no llega a sus ojos.
Nuevamente escucho pasos en mi casa, pero esta vez provienen del comedor. Luego de esto, aparece Nicholas del otro lado de la cocina. Me mira confundido aún despeinado y con sus ojos color miel hinchados.
- Buen día, Liz, ¿qué –hace una corta pausa –miras?
De nuevo no logro entender por qué razón los demás no ven a este chico que tanto me aterra. Me mira esperando una respuesta, pero las palabras no salen de mi boca; y a pesar de que no pasó nada aterrador, solo la presencia de Benjamin me asusta.
- No… ¿no ves nada? –digo con la boca medio abierta, señalando al lugar donde se encuentra Benjamin, pero ya no se encuentra ahí.
- No hay nada –dice acercándose a mí –¿Dormiste bien?
Lo miro por unos segundos intentando de crear una respuesta coherente en mi mente.
- Sí, sí... es solo que...que...hace dos noches vi un documental de 'Historias de ultratumba' y tengo miedo a veces.
No tengo idea por qué respondo eso, no tiene sentido, necesitaba algo más creíble.
- No seas infantil Liz, esos documentales no son ciertos –me dice no muy convencido.
- Sí, seguro –digo –¿Quieres algo para desayunar?
- Claro –se pone al lado mío –Yo te ayudo.
Y empezamos a preparar la mezcla para hacer panqueques. Mientras él mezcla los ingredientes, yo lo miro y me quedo pensando en la aparición de hoy, la del sueño y la de la cocina. De cualquier forma se interpreta como si tuviera que elegir entre mi amigo y entre... ¿mi imaginación? o ¿mis sueños?, no sé qué es realmente, pero estoy segura que no es la realidad. Luego, tengo la presencia de él en mi cocina, y dado el primer caso en el que Angeline no lo vio cuando apareció sentado en mi habitación, y ahora Nicholas tampoco lo vio, comienzo a pensar que todo es mentira. Aunque la realidad y los sueños se están mezclando.
Cuando siento algo viscoso en el pómulo, salgo de mis pensamientos. Tengo la mezcla de los panqueques en mi cara, y Nicholas empieza a reírse de mí.
- ¡Nicholas! -le grito enojada aunque también riéndome un poco.
Al ver que no responde le tiro mezcla en la cara y para de reírse. Empieza a tirarme más mezcla y yo le devuelvo, pero no paramos y empezamos una especie de guerra. Nos reímos, cuando paramos, al ver nuestras caras; Nicholas quita la mezcla de su cara con unas servilletas y yo hago lo mismo con la mía, hasta quedar, más o menos, limpia. Repentinamente, Nicholas se acerca a mí y me da beso corto en los labios. A pesar de que no entiendo por qué me sigue besando si acordamos que todo seguiría igual que antes, disfruto ese pequeño y dulce roce de nuestros labios. Cuando salgo de mis pensamientos me doy cuenta de que Nicholas profundiza el beso y sin pensarlo dos veces coloco mis brazos alrededor de su cuello y él pone sus manos en mi cintura. Me separo de golpe cuando siento el ruido de la puerta abriéndose, y cuando Nicholas me mira siento que todo el calor de mi cuerpo se posa en mis mejillas. Veo a mi madre cargando bolsas, y cuando voltea hacia la cocina y nos ve a Nicholas y a mi abre sus enormes ojos sorprendida.
ESTÁS LEYENDO
Benjamin Parks (Sueños)
Novela JuvenilLa mente juega con tu cabeza, haciéndote creer que todo lo que ves es real, cuando no lo es. Pero, ¿qué pasaría si lo fuera?