Capítulo 14: Querido viaje

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Dos días de mi vida, perdidos. Dos días en los que no hice más que permanecer acostada. Dos días en los que no pude ver a mis mejores amigas. Dos días aburridos y largos. Dos días en los que mi vida se detuvo y todo pasó lentamente. En esos dos días repose –como me recomdó el médico –, y sólo me levanté de la cama para ir al baño. Lo único bueno de esos dos días, fue la tarde de ayer.

- ¡Elizabeth! –gritó mi madre desde la planta baja –Está Nicholas, va a subir.

- ¡Está bien! –le respondí lo más fuerte que pude.

Segundos más tarde, la puerta de mi habitación sonó y entró mi amigo. Yo estaba acostada en mi cama, con las sábanas y colchas hasta mi cuello, y un plato de comida sobre mi mesa de luz; sin importarme en arreglar algo, ya estaba Nicholas sentado al borde de mi cama hablando conmigo.

- ¿Cómo estás? –dijo mirando hacia donde se supone que estarían mis pies abajo de tantas colchas.

- Mejorando –dije calmada –Sigue doliendo, pero va mejorando.

- Que bien... 

- Como ves Nicholas, ya sé a lo que viniste. Y créeme que estoy igual o más confundida que tú –dije sincerandome –perdón por el cambio de tema.

- No hay problema, te entiendo. Pero esto no puede seguir así, si nos besamos fue por algo. 

- Sí, lo fue, pero aún no sé lo que siento exactamente. No puedo decirle a mi corazón que me diga si estoy o no enamorada de alguien.

- Si, pero... –pausó –Nada, tienes razón, lo siento.

- No lo sientas, no tienes qué sentir –respondí levantandome de mi cama, quedando sentada sobre el colchón –Tú no puedes elegir qué sentir, qué hacer o simplemente qué soñar, uno mismo no tiene todo el control sobre esas cosas, son pensamientos; puedes influir en ellos, pero no cambiarlos totalmente y esa es la verdad. 

Se quedó callado ante mi comentario, pero mientras lo decía él asentía lentamente con la cabeza. 

- Lo hablaremos cuando vuelva del viaje, ¿si?

- Si, mejórate –respondió levantándose luego de besar mi mejilla, y acercándose a la puerta –Y... sí, si lo siento –dijo dejándo su respuesta en el aire.

Al fin llegó el día que esperé con ansias. Y al fin podré ver a mis amigas, que seguro estarán esperándome.

Luego de prepararme y asegurarme de no olvidar nada, salgo con mis padres y hermano de mi casa, cada uno con su valija para cargarlas en el auto. Ahora sí me voy de verdad –pienso al acercarme al auto de mi padre, dejando mi valija en el baúl junto con las otras. Ya todos adentro, partimos hacia el aeropuerto; mi padre va manejando, mi madre en el asiento del acompañante, y Scott y yo vamos en los asientos de atrás. Vamos escuchando una canción llamada "Maps", de Maroon 5, y yo voy cantándola fuerte para que todos me escuchen. A pesar de que el aeropuerto es cerca, el viaje se vuelve largo debido a la ansiedad de todos. Mientras estamos en carretera, tomo mi celular y abro los mensajes. Hay algunos de mis amigas preguntando cómo estoy, pero hay uno que llama mi atención; es de Nicholas.

Liz, lamento lo que te pasó, pero, suerte en el viaje seguro lo disfrutarás y espero que te mejores...Respecto con lo que hablamos ayer... tienes razón, y gracias por entender; cuando vuelvas deberíamos hablar. En fin, suerte en el viaje, te quiero.

Sonrío luego de leer aquel mensaje. El primero que contesto es el de Nicholas y le agradezco por preocuparse; luego respondo los de mis amigas diciendo que estoy bien y que ya estoy en camino. A los pocos minutos suena mi celular con las respuestas de mis amigas, todos son emoticones felices. Segundos después de que suelto mi teléfono, llegamos al aeropuerto. Bajamos del auto y buscamos nuestras valijas, y nos encaminamos hacia la entrada del aeropuerto. Nervios corren por mi cuerpo mientras mis padres muestran nuestros boletos de avión, luego de dejar nuestras valijas y pasar por los detectores de metal. 

Benjamin Parks (Sueños)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora