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Con un café amargo en mi mano izquierda, y con la otra agarrando mi teléfono celular, me sentía insegura. Estaba escuchando una canción desde mi computadora que estaba posicionada sobre mi escritorio. Y tarareando en mi cabeza, quedé perdida dentro de mí.

Al levantarme de mi cama, me acerqué a mi escritorio y tomé asiento en la silla que hacía juego con los colores de mi habitación, rosa chicle y blanco, y puse la canción que se repetía continuamente, en pausa. De repente, sentí una cercanía temerosa, la sensación de que había alguien detrás de mí era escalofriante. No podía ver nada a mí alrededor ya que todo estaba oscuro y no llevaba puestos mis lentes.

A lo lejos, apareció alguien, una sombra que a la vista era difusa, se acercaba cada vez más hacia mí. La voz de Nicholas se escuchó a lo lejos gritando mi nombre; Nicholas era mejor amigo desde los 11 años.

Vi a mi amigo acercándose a mí, pero cuando nos encontramos frente a frente, ya no era él, su cabello marrón se tornaba negro y sus ojos miel se convertían en azules.

Vi este rostro en otra parte –pensé –, en otro sueño.

Era el mismo Benjamin Parks con el que venía soñando. Estaba creando en mi mente un juego insoportable.

Se acercó aún más a mí y cuando intentó tocarme se esfumó como una ráfaga de viento, dejando un rastro gris en el aire.

Pequeños cosquilleos pasaron por todo mi cuerpo, creando escalofríos en mi espalda y nuca, los que generaron mi despertar.

Benjamin Parks (Sueños)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora