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Estaba la calle con mi hermano y mi madre, caminando.

El cielo aún estaba celeste. Podía ver los autos pasar por la calle y yo llevaba el uniforme de una escuela, pero no sabía de cuál; ni si quiera la conocía. El uniforme estaba conformado por una falda hasta las rodillas blanca con cuadros azules, medias grises hasta las rodillas con zapatos negros mocasines, y una camisa blanca que decía 'Elizabeth'. Mi hermano se encontraba con el mismo uniforme, pero en vez de llevar una falda llevaba un pantalón de vestir, y su camisa decía 'Scott'.

Mientras caminábamos veía el mundo como si fuera más grande, como si estuviera en el cuerpo de una pequeña. Observé mis pies y luego caí en la cuenta de que era yo cuando era pequeña; tenía diez años en este momento y Scott tenía ocho.

Caminábamos por la vereda, tomados de la mano de mi madre. Miré mis pies de nuevo y vi que un chicle se pegó en la suela de mis zapatos. Me agaché para quitarlo, y le dije a mi madre y a mi hermano que continúen y que luego los alcanzaría.

De repente apareció un hombre alto, pálido y con cabello negro atrás mío. Me tomó con  sus brazos bruscamente y traté de gritar, pero mi voz no salía de mi boca. Este hombre  me llevó con él y vi como mi madre se alejaba de mí, tomada de la mano de Scott sin voltear para verme. El pálido me sostuvo entre sus brazos y me metió en una bolsa negra, en la cual pude entrar fácilmente ya que era pequeña. Antes de que me metan por completo dentro de la bolsa, logré ver que mi madre volteó hacia donde estaba yo; no pude terminar de ver su reacción debido a que ya estaba adentro de la bolsa.

Mientras me llevaban, arrastrando creo, sentía golpes en la espalda y en mis brazos. Oí que encendieron un auto, y luego me tiraron dentro de el. No pude ver nada. Sentí que el auto paró y me sacaron de el de golpe. Me sacaron de la bolsa negra y logré ver una luz amarillenta a lo lejos, parecía que provenía de una puerta; traté de ir hacia ella, pero el flacucho que me raptó era más fuerte de lo que parecía y antes de que pueda moverme me empujó hacia un habitación y cerró la puerta con llave. Esta habitación parecía ser amplia, pero se veía menos que en la bolsa negra; no había una sola luz.

Sentí un ruido cerca de mí. El auténtico Benjamin Parks apareció entre la oscuridad. Llevaba puesta la misma túnica negra que llevaba en el primer sueño. Se acercó a mí y me tocó el brazo. Pareció real, se sintió real.


Benjamin Parks (Sueños)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora