Era solo medio día y Eliza ya estaba disfrutando de ver a dos preciosos niños curiosear entre la orilla del mar buscando caracoles y conchas de mar, cuando se dio cuenta de que ya había estado demasiado tiempo en aquel mismo lugar se levanto de la gran roca donde anteriormente había estado sentada mirando el mar y se fue de allí en su pequeño carruaje en llamas a la velocidad de la luz. Cuando llego a Italia, detuvo su carruaje y se dirigió a el gran parque del centro de la ciudad donde como todos los fines de semana por la tarde los niños iban a jugar, mientras escuchaba las risas y gritos alegres, Eliza pudo ver como una pequeña niña de 9 años estaba sola, sentada en un banco mientras leía, veía de vez en cuando como los niños jugaban y Eliza vio algo en sus ojos, algo que ella conocía ya muy bien, anhelo, Eliza lanzo solo una pequeña chispa de su dedos cayendo en la nariz de la preciosa niña azabache, la pequeña de inmediato dejo su libro de historia en la banco y se acerco lentamente a un grupo de niñas que jugaban en los columpios, Eliza estaba tan ensimismada que no pudo evitar dar un pequeño salto al sentir una ráfaga de viento helado que le carcomió los huesos, tenia el presentimiento de quien era el causante pero en esos años que lo conoció jamas se había manifestado de esa forma, desato a su hermosa yegua del carruaje y la monto, siguiendo aquel viento frió.
Mientras mas se acercaba el camino se hacia de piedra por lo que iba hacia la zona mas vieja de aquel lugar, termino en uno de los tantos callejones que había por allí y justo se encontró con la persona que ella creía--Tanto si vernos ¿no Jack?-- dijo Eliza con una tímida sonrisa pero el no contesto a lo dicho por la pelirroja-- de todos modos no estoy aquí por eso ¡Chicos!-- a cada lado de Eliza aparecieron dos grandes yetis que la sujetaron y la metieron a un costal-- ¡Hey! vasta déjenme salir-- uno de los yetis saco una de las bolas de nieve de Norte abriendo un portal hacia el Polo, uno de ellos gruño mirando a Jack--No, yo me iré solo, los veré en el Polo-- y Jack salio volando con su cayado.
Lo primero que Eliza vio luego de que la encerraran en aquel costal fue unos pequeños elfos que la miraban con curiosidad y cuando asomo a la cabeza pudo ver a todos los guardianes al completo-- ¡Aquí esta! ¡Eliza Fire!-- le dio la bienvenida Norte--¿ok?--murmuro confundida Eliza- Espero que los yeti te hayan tratado bien-- una vez fuera Eliza plancho con sus manos su vestido amarillo--¡si! claro, adoro que me rapten y me arrojen a portales mágicos-- dijo ella con evidente sarcasmo, suponía que algo si había aprendido de Jack años atrás-- ¡Ha! que gusto fue idea de Jack-- pero ella solo lo miro de soslayo--Obviamente conoces a Jack-- lo señalo Norte-- Claro que si-- dijo Eliza tratando que su incomodidad no fuera evidente-- Y al Hada de los dientes-- Hada se acerco emocionada revoloteando al rededor de Eliza-- ¡Hola! Eliza he oído hablar mucho sobre ti ¡y de tus dientes!-- ella la miro sorprendida--¿Mis que?-- pregunto confundida-- Abre la boca ¿enserio son tan brillantes como dicen?-- pero ella no pudo objetar pues Hada ya le había abierto la boca-- ¡Ho! ¡realmente brillan como los primeros rayos de sol!--dijo emocionada Tooth, las pequeñas haditas también parecían cautivadas por sus dientes-- Chicas vasta, contrólense-- ordeno en tono amable Tooth-- Sandman....¿Meme? ¡Meme despierta!-- dijo Norte mientras daba pequeños golpes en el hombro del hombresito dorado, en un pequeño salto despertó y saludo a Eliza-- Y Conejo-- ella lo miro y el solo le devolvió el saludo con la cabeza. --Bien alguien podría decirme ¿que estoy haciendo aquí?-- por fin se atrevió a preguntar lo que rondaba su cabeza desde que salio de ese costal.
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La nueva guardiana
Fiksi PenggemarEliza Fire, una chica que es reclutada por la luna se enfrentara a un pasado que creía haber dejado atrás desde hace mas de un siglo. Contactada por los guardianes para unirse a ellos Eliza deberá empujar a sus fantasmas una vez mas a su pasado mien...