Capítulo tres: «Retrouvailles»

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The only exception - Paramore

I've got a tight grip on reality

But I can't let go of what's in front of me here

I know your leaving in the morning, when you wake up

Leave me with some kind of proof it's not a dream, oh

You are, the only exception.

Luego de que la espalda ancha de Sehun desapareciera por el pasillo hasta llegar al ascensor, Junmyeon cerró la puerta rápidamente con el corazón acelerado; dudando sobre si lo vivido segundos antes había sido real o simplemente una pesadilla más.

Él juraba que jamás en la vida vería a tal sujeto, pero resulta que justo cuando estaba por olvidar todo lo sucedido para posteriormente convertirlo en un marketing; Oh Sehun aparece frente a su departamento.

Mierda.

No podía hacer mucho más allá de calmar a su acelerado corazón que en cualquier momento saldría volando por ahí, si es que el vómito no venía antes. Era un exagerado, sí, pero ¿Qué más podría hacer frente a una situación así? De todas formas; necesitaba una ducha de agua fría para poner lo pies sobre la tierra y digerir absolutamente todo.

***

Por otro lado, Sehun se estaba hospedando en un hotel cercano a la galería del mayor. Y en su trayecto se fue pensando en las palabras dichas por el pintor, quién le había dejado más que claro el resentimiento que abordaba en su ser gracias a la ausencia que dejó después de la noche en la cuál tuvieron sexo. Todo simplemente fue muy rápido en ese entonces; pero ahora que tenía tiempo y posibilidades no la desaprovecharía por nada del mundo.

Necesitaba descansar y recomponerse luego del largo viaje que había hecho por el amor que había robado su corazón anteriormente. Al llegar, se dejó caer en la amplia cama de manera satisfecha y cómoda, acurrucándose hacia un lado con la imagen viva de Junmyeon sorprendido por su repentina aparición, y así alcanzó el descanso; cayendo en un sueño profundo hasta ser despertado por una alarma que sonó 9 horas después.

Se levantó más decidido que nunca a pesar de que aún era temprano, el propósito de su día de reducía a: «tener una cita con Junmyeon». O algo así, debido a que fue directo a la ducha, perfumando su cuerpo con jabón y obviamente shampoo caro que de seguro le gustaba al pintor, ¿o no? la verdad, no tenía idea; ya que el simple de hecho de que no conocía nada del susodicho le ponía los pelos de punta, incluso se llegaba a cuestionar el cómo o por qué había llegado tan lejos por una persona de la cual sólo conocía su nombre, ocupación y edad. Algo que perfectamente podría haber conseguido de internet, nada íntimo ni de mayor utilidad.

Cuando ya estuvo listo salió a la avenida y con un suspiro arregló sus cabellos aún ligeramente mojados hacia atrás. Siendo capaz de llamar la atención de los transeúntes que se preguntaban quién era él —debido a que su apariencia de modelo no pasaba desapercibida—, no le prestó mucha atención hasta que un señor con varios ramos de flores llamó su atención. Sacó un billete y sin palabras necesarias le indicó que quería uno: el de rosas, más bien, el ramo de 2 rosas* , luego le dio las gracias y su camino a la galería del mayor se hizo un poco más animado.

Cuando entró; lo primero que pudo observar fue cómo la galería había cambiado ligeramente sus pinturas, pero algo más allá de eso despertó su atención. Y fue aquella pintura que reposaba al final del pasillo principal, más abajo un pequeño cartel indicaba la prohibición de fotografías a esa obra de arte, que sin duda era maravillosa; y no solo lo decía él, si no que en el poco tiempo que se mantuvo admirándola desde lejos en silencio una gran cantidad de personas habían entrado a ver exclusivamente la obra con ojos llenos de destellos.

L'amant parfait | sehoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora