Hyung Malo (SuJin/YoonJin)

Hyung Malo

— YoonGi... — un jadeo sé escapó de sus carnosos y rojos labios.

SeokJin sé hayaba masturbando en el baño de los Grammys, sentado en el inodoro, con la cabeza recargada en la pared, sudado, despeinado, algo desfagado y mucha pero mucha excitación.

Desde que había salido del hotel para transportarse a los premios, su pequeño pero para nada inocente YoonGi sé le había estado insinuando, él sabía lo mucho que lo prendía, lo débil que era para su tacto o sus palabras, lo rápido en excitarse, pero pareciera que a él no le importaba en lo más mínimo.

Lo peor de todo es qué antes de bajar, su YoonGi-ssi le había prohibido tocarse, lo cuál le fue imposible, ya que no soportaba su erección, tampoco podía ocultarlo, así qué tuvo que encerrarse en el primer baño que encontró.

Trantando de ser rápido, porqué sí lo encontraba Min, estaba perdido y mañana no podría levantarse de la cama.

Aumento el movimiento de su mano mientras mordía sus labios, sus cabellos se pegaban a su frente, imaginado a su novio chuparsela, sus labios delgados al rededor de su falo, su lengua explorando.

— Joder — gimió a nada de correrse, en su mundo, sin percatarse de una presencia qué había cerrado la puerta principal del baño con seguro, había desabotonado su saco costoso, pasando su mano por sus cabellos y sonriendo divertido.

Escuchando los jadeos de su novio de hombros anchos, mordió su labio al escuchar exquisita melodia, resistiendo las ganas de entrar al cubículo y terminar lo que él chico había iniciado pero prefería llegar a la comodidad de su hotel y torturarlo a su manera.

Se recargo en la pared, cruzando sus brazos y remojó sus labios, esperando a que su chico sé corriera.

Un grito de satisfacción se escucho por las cuatro paredes relucientes, una respiración acelerada e inmediatamente el apuró de salir de ahí.

SeokJin rápidamente agarró papel higiénico, limpio su semen caliente, tratando de no manchar su traje, sé levanto de ahí acomodando su camisa, sus pantalones y salir de ahí algo sudado. Necesitaba regresar con los chicos antes de la presentación del premio.

Caminó hacía el lavamanos, limpiando sus manos, remojando su cara, recargandose en el lavamanos y cerró los ojos tratando de controlar su agitada respiración, levantando la vista hacía el espejo.

Y entonces...

Lo vio.

Ahí, recargado en la pared, totalmente tranquilo, observandolo, recorriendolo, calentandolo otra vez.

Mierda.

— YoonGi — susurró, no con temor sino con deseo.

¿Cómo era capaz Min YoonGi de encenderlo en menos de un segundo?