4.《Antifaz》

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Steve

Estaba demasiado ansioso.
por más que intenté controlarme todo el día, ésto ya era demasiado. El saber que se había atrevido a venir a pesar de rogarle que se quedase en el apartamento, no me había obedecido y esto me sacaba de quicio; pero no podía culparlo, casi nunca salía.

"¿Crees que por el hecho de pagar todas mis cuentas eres mi dueño no?
Yo no pasé años en el closet ocultándome del mundo y ahora también tener que hacerlo para poder estar juntos. ESTO NO ES VIDA!
Sus palabras hacían eco en mi cabeza, y tenía razón, pero debía entender que yo aún no estaba listo, que no era nada fácil para mí.
Toda la ciudad me conoce conoce a mi familia; y Cómo no sí mi padre es un hombre importante en la industria de la telecomunicación. El socio mayoritario de la más grande compañía telefónica del país, mi madre, una dama de la sociedad, la Designer (diseñadora) de una marca de zapatos. No sería de un día a otro que Yo, Steve Charlie Krowber un macho alfa heterosexual y quien había metido a su cama a casi todas las chicas de la facultad, admitiría que es Homosexual o "gay" como se nos nombra hoy en día.

Me afectó demasiado ver acá a Robert o "Ruby" como le gusta que la llamen desde que empezó su proceso de reasignación de sexo; nos conocemos hace años, dos niños que se criaron juntos, pero por cosas del destino se alejaron y por el mismo destino se volvieron a encontrar años después, los detalles lo sabrán después.

No lo pensé demasiado, me acerqué a Marcel. - ¿Tienes de aquellas que probamos mes pasado? Las de colores., Marcel sonrió y extrajo de su bolsillo derecho una bolsa con algunas dentro; tomamos algunas y la pusimos en nuestras bocas. En ése momento trabe mi mirada con la de Eva por un momento, y lo que vi me caló aún más.

Las drogas son un tema sensible para ella y su padre, ya que su madre quién antes de las drogas era una mujer muy respetada en la comunidad, hija de unos hacendados de descendencia Alemana, pero luego, se convirtió en una madre descuidada y desobligada. Gastó todo su capital en cientos de drogas, hasta hipoteco la casa donde vivía con su marido y Evanna su hija y abandonó a su familia.
Se dice que se le a visto por la calle vagando, vendiendo su cuerpo para seguir consumiendo.

Pero no pensé en ella, ni siquiera pensé en mí, sólo pensaba en Ruby, en su mirada frívola y su manera de caminar con la barbilla en alto, tal vez era amor o solamente admiración por atreverse a ser ella misma, a pesar del qué dirán y las consecuencias que puede conllevar.

Sólo debíamos esperar un poco más, almenos para preparar a mis amigos para la noticia; y a mis padres, aunque, ¿Cómo hablar de ésto con un padre machista y una madre distante? No sabía una mierda qué hacer, pero debía hacerlo lo más pronto posible, ya que ésta noche era la fecha límite que me había puesto Ruby o se iría de mi lado para siempre, y crean o no, yo la quiero.

Entré al club junto a Marcel y Franzes, Evanna camino un poco atrás, la había lastimado y estaba a punto de tomarla en mis brazos, llevarla atrás, pedirle perdón y contarle todo, pero en ese mismo instante el cuerpo de Ruby colisionó con el mío, y mi mundo se detuvo. ¿Y ahora qué?

Tu, Yo y... ¿Él?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora