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20 de julio de 2018

Dos días habían pasado ya desde la última vez que había recibido una carta de JiMin, tampoco lo había visto por los pasillos del instituto lo cual se le hacía muy extraño, ya que JiMin era una persona muy dedicada a sus estudios y nunca faltaba.

- Si buscas a JiMin, no vino – le dijo NamJoon – Su amigo Tae me dijo que tuvo que salir fuera a arreglar unas cosas

- ¿Qué cosas? – preguntó extrañado

- No lo sé, pero Tae se veía triste –

Eso fue lo que lo llevo a preguntarle a su madre esa misma tarde después de la comida mientras le ayudaba a recoger los platos.

- Mama – la llamó

- Dime, cariño – dijo

- ¿Sabes por qué JiMin no está yendo a clases? – pregunto, tratando de sonar tranquilo.

- Sí, pero si quieres saber la respuesta tendrás que preguntarle tú mismo –

- Pero mamá, sabes que no puedo. –

- Te daré un consejo YoonGi, si te gusta una persona y sabes que esa persona te quiere, no lo hagas esperar, se puede cansar de esperarte tanto, y entonces será demasiado tarde.

Dicho esto, salió de la cocina dejando a un pensativo YoonGi.

La señora Min sabía que JiMin se iría a vivir con su abuela a Busan, pero no le diría nada a su hijo, creía que era momento de afrontar sus miedos y luchar por la persona que amaba.

Ya había visto a ambos chicos llorar varias veces y a uno más por ser rechazado cada que quería hablar o acercarse al alfa, ese pequeño omega que desde que apareció no ha dejado de perseguía a su apreciado hijo y que era un y rayo de sol en donde quiera que se parará.

Sin embargo, su hijo no lo veía de esa forma, YoonGi se negaba a aceptar a JiMin por razones que solo él conocía.

Solo esperaba que ese pequeño no se cansara y que YoonGi aceptara los sentimientos que tenía por ese niño de mejillas regordetas y rosadas antes de que fuera tarde.

YoonGi pensaba que su madre era toda una dramática, lo último que haría era preguntarle a JiMin, a lo que lo llevó a ir a la casa del mejor amigo de este, para obtener respuestas.

Con tranquilidad, tomó las llaves de su auto y salió de casa rumbo a la casa de Taehyung.

Una vez afuera de la gran casa toco con un poco de desespero el timbre, esperando impaciente a que alguien abriera la puerta.

Un despeinado, desarreglado y con marcas de lágrimas en sus mejillas, Tae, apareció en la puerta, y al ver a YoonGi ahí de pie no fue la mejor visita que haya tenido, no era secreto que Tae odiaba a este por la forma poco sensible a su mejor amigo.

- ¿Qué haces tú aquí? – preguntó con notable molestia

- Quiero saber algo de JiMin, no ha ido a clases desde hace dos días y estoy preocupado – sonrió avergonzado

Taehyung lo miro sin ningún estivo de sentimientos, se mantuvo completamente neutro, hasta que recordó la plática que había tenido minutos atrás con JiMin, y comenzó a llorar.

- ¿Cómo te atreves preguntar por él ahora?, no te interpongas Min y déjalo en paz, no te diré las razones por las que no está yendo a clases, pero una cosa si te diré, todo esto que va a pasar es nada más ni nada menos que tu culpa.

Dicho esto, Tae cerró la puerta en frente del de tez pálida sin dejar que este le respondiera algo.

Por alguna extraña razón el corazón y lobo de YoonGi se sintieron intranquilos, y tanto la razón humana y su lado animal tenían miedo que algo sucediera, y que perdiera a su omega para siempre, tenía que darse prisa y arreglar todo este lio que el mismo había creado solo por no querer aceptar a su pareja predestinada.

Sin embargo, tendría que esperar a que pasará este fin de semana para arreglarlo todo.

Reset //Yoonmin//Where stories live. Discover now