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23 de Julio de 2018

Cuando JiMin estuvo de vuelta en el instituto lo primero que hizo fue dejarle una nueva carta a YoonGi, junto con unas galletas que había preparado junto a su abuela en su estancia en Busan.

Se había divertido tanto, que ya no quería regresar otra vez a su casa, su nuevo amigo JungKook era muy lindo y agradable, sin duda iba a ser uno de sus mejores amigos.

Justamente cuando estaba esperando a su madre afuera del edificio un auto negro se detuvo frente a él, con curiosidad, observo a la persona que bajaba de este.

Y valla sorpresa se había llevado JiMin, su nuevo amigo estaba ahí. Caminando hacia el con una de sus bonitas sonrisas que dejaba a la vista sus lindos dientes de conejito.

- ¿Qué haces aquí? – preguntó alegre y sorprendido

- Mamá tuvo que venir a arreglar unas cosas sobre su trabajo, y la convencí de que me trajera – sonrió

- Woa, eres grande – dijo mientras soltaba una risita

- ¿No hay abrazos para Kookie?, mi querido JiMinie –

JiMin soltó una carcajada para después tratarse como si fuera un koala en JungKook. Mientras que este lo sostenía por los muslos, sin duda ese alfa era algo, pensaba JiMin.

Cuando JiMin intento bajarse de JungKook, no contaba con que este lo tomara de su cintura y se lo echará tal cual saco de papas al hombro causando que ambos soltaran carcajadas, mientras que JungKook giraba, llamando la atención de los estudiantes que se encontraban afuera.

Una vez que JungKook dejo de girar y coloco a JiMin sobre sus pies, se dieron cuenta que habían llamado la atención de muchas personas, causando que las mejillas de JiMin se colorearan de un rojo furioso, tan lindo y adorable ante los ojos de cualquier alfa que deseaba cortejar al lindo omega.

JungKook, que miraba con adoración a JiMin, giro su cuerpo, colocando a este último entre su cuerpo y el coche, impidiendo que alguien más más que no fuera él viera lo adorable que era el rubio detrás de su espalda.

Pero entre tantos estudiantes, para JungKook, fue fácil encontrar unos ojos negros que lo miraban con furia, ante esto, dejo salir una sonrisa socarrona sin dejar de ver al pálido chico.

Pero la sonrisa se le borro cuando vio al rubio hacia el pálido, por lo que fue detrás de él, sabía por medio del mismo JiMin que ese tal YoonGi no lo trataba bien y que no era bueno para su salud sufrir tanto desprecio por su alfa predestinado.

- Yoonie hyung – saludo el rubio una vez cerca del alfa.

- Te dicho que no me llames así, Park – dijo sin emoción alguna

- Perdón, hyung – sonrió triste – Me preguntaba si a usted le gustaría ir a cenar esta noche casa, mamá va a hacer su comida favorita.

- No – dijo, mirando al castaño detrás de JiMin

- ¿No? Pero Hyung, por favor – suplicó el chico con ojos tristes

- He dicho que no, ¿Qué parte no entiendes? – le susurro

- Yo solo quería que mi familia estuviera completa – dijo mientras bajaba la vista a sus zapatos

- Tú lo has dicho, tu familia, yo no soy parte de ella – sonrió burlón

- Pero usted es mi alfa – dijo moviendo sus brazos tratando de hacerlo entrar en razón

- Escúchame una vez más, Park – gritó – Yo no soy tu alfa y nunca lo seré, entiende eso, no me gusta tenerte cerca si quiera, odio tu olor y tu forma de ser con las personas a tu alrededor, para ser más exactos te odio a ti.

- YoonGi hyung, no diga eso – susurro hipando – Yo lo quiero mucho.

Ninguno de los tres presentes se dio cuenta que comenzaban a llamar la atención de los demás estudiantes cuando que estos primeros quedaran en el centro de un circulo de estudiante que miraban la escena con diferentes emociones en su rostro.

- Que lastima, porque yo no – dejo salir una carcajada seca – Te lo tratando de dejar bien en claro este año, pero por lo visto no lo quieres aceptar, Park, yo no te amo y ni te amare nunca.

Esas últimas palabras resonaron en los oídos del más bajito causándole un mareo provocando que callera al suelo de rodillas, sentía un dolor agudo en el pecho que le impedía respirar correctamente.

- Yo no te voy a amar JiMin, nunca, no acepto y jamás aceptare que eres mi pareja predestinada –

Después de eso, todo se convirtió en obscuridad para JiMin.

Lo que paso después, sucedió demasiado rápido, Tae que había escuchado un poco de lo que le había dicho YoonGi al rubio se derrumbó frente al cuerpo inconsciente de su amigo.

Mientras que JungKook se había lanzado al pálido propinándole unos golpes en el rostro.

YoonGi no se defendió, supo el daño que le había causado a JiMin porque él mismo lo sintió, concibió como su lazó con el más pequeño se había roto, dejo que JungKook lo golpeara tanto que dejo de sentir los golpes en un determinado momento.

Pero se lo merecía, había hecho sufrir a la persona que más amaba con palabras que ni siquiera eran ciertas, que por culpa de su terquedad, inseguridad y furia termino dañándolo.

Porque, YoonGi sabía, que amaba a JiMin y siempre lo iba a hacer.

Aún si este terminaba odiándolo. 

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