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24 de julio de 2018

YoonGi se enteró por medio de sus amigos que los padres de JiMin lo habían trasladado a otro instituto, y no pudo haberse sentido peor, su cuerpo no daba para una, sus sentimientos tampoco y su lobo estaba tan indignado que no había hecho acto de presencia desde lo sucedido en el día anterior.

Estaba tan molesto consigo mismo que termino peleando con sus amigos, lo sacaron de varias clases y ue suspendido por haber peleado con otro alfa que le había dicho que era un alfa despreciable por no haber aceptado a tal omega como JiMin.

Es así como termino en el jardín trasero de la casa de los Park, viendo por la ventada a una distancia prudente para que no lo descubriera, a JiMin, observo cada movimiento, y cada mueca que hacia al caminar.

Sabia por su madre que al romper el lazó con su omega este dejaba varias repercusiones, como cicatrices, perdida del olor, e incluso podían quedar estériles.

Pero no sabía que le había pasado a JiMin, su olor aún estaba, tan fresco y tranquilizador como siempre, y las otras no se podían comprobar a simple vista y a distancia como él se encontraba.

Fue hasta que el amigo de JiMin, el tal JungKook, entro a la habitación con un pote con crema, medicamentos y un vaso con agua.

Con cuidado el chico había levantado la playera tres tallas más grandes, fue que la vio, una enorme cicatriz, desde su nuca hasta su espalda baja, igual o incluso más grande con la que él cargaba desde esa mañana.

Fue en ese momento, en el que vio a JiMin llorar con tanto sentimiento que comprendió todo el dolor que había causado. Y deseo por primera vez en su vida, ser él, la persona que cuidará del más pequeño, que le acariciará el cabello, lo rodeara con sus brazos y repartiera miles de besos en esas mejillas regordetas que siempre le habían encantado, tal cual lo estaba haciendo el castaño.

Ese fue el último día que vio a JiMin y a su familia.

La familia Park se había mudado. 

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