DIE TRYING | Scott Mccall¹

uno

UNO
Allison Argent, la nueva.

Cuando la mañana comenzó, la joven sentía que algo raro sucedería ese día. Le restó importancia y cuando terminó de hacer su cola alta, se vistió con tranquilidad porque sabía que su mejor amigo la vendría a recoger.

—I kisses a girl and i liked it —canturreó mientras sujetaba su mochila con fuerza y bajaba las escaleras.

Cuando sus pies tocaron el suelo, escuchó el claxon del Porsche de Jackson. Salió antes de que se escuche el claxon de nuevo, porque si todos sabían algo de ella era que se irritaba con facilidad.

—Hola, Jackie —saludó cerrando la puerta y estirándose para dejarle un pequeño beso en la boca.

—Lara —la saludó por su nombre al separarse.

—Vaya, nuevo año. Me pregunto qué cosas traerá —dijo cuando su mejor amigo comenzó a conducir.

—Seguiré siendo capitán de lacrosse, al menos eso no cambiará —le guiñó un ojo tratando de no separar su vista del camino.

—Y yo líder de las porristas —la morena sonrió y procedió a contarle—. Ayer la entrenadora le llamó a Margaret y le dijo que no habrían cambios este año, mi puesto lo mantendré porque soy la mejor, sin duda.

El resto del camino se la pasaron hablando de diversos temas hasta que llegaron. La joven bajó primero captando las miradas de la mayoría de los jóvenes hormonales que estaban en el estacionamiento.

Volteó en cuanto escuchó cómo la puerta de su mejor amigo sonaba como si estuviera golpeando algo.

Scott Mccall.

La puerta había chocado con él, el cual estaba acomodando su bicicleta.

—H-hola, Lara —saludó el chico, levantando su mano con nervios.

Lara lo inspeccionó de arriba abajo. Las vacaciones lo habían hecho crecer un poco más, aunque no lo suficiente.

—Mccall —saludó dándose la vuelta sin esperar a su mejor amigo, el cual se encontraba diciéndole cosas al chico.

La joven miró el estacionamiento buscando a su mejor amiga con la mirada y al encontrarla, no pudo evitar sentir alegría al verla.

— ¡Lyd! —exclamó caminando a su lado.

La mencionada sonrió con un poco de recelo que pudo esconder bien, sujetó su bolso y cerró la puerta de su auto.

Ambas se sujetaron de los brazos y caminaron como si fueran las líderes de la escuela.

Su amistad no era el mejor ejemplo. Sí, cada una se tenía como sustento a la otra, pero aún así no era suficiente. A Lydia le molestaba saber que su novio la engañaba con su mejor amiga y a Lara le molestaba que a Lydia le moleste. Total, ¿las amigas no compartían todo?

Lara sentía que Lydia exageraba, por supuesto, ambas habían hablado y bien sabía Lydia que Lara no sentía nada más que aprecio por Jackson. Lydia le había escondido a Lara sus sentimientos hacia Jackson y le dijo que todo era por el estatus social.

La poligamia era algo que Lara quería llevar como estilo de vida. Le gustaba no pertenecer a nadie.

Cuando estaban cerca de ingresar a la preparatoria, ambas chicas escucharon al pálido chico que siempre estaba detrás de Lydia hablar sobre ellas.

—Esto será lo mejor que le ha ocurrido desde el nacimiento de Lydia Martin. Y por supuesto, de Lara Jenkins... Hola, chicas...

Lydia suspiró viendo a su mejor amiga.

—Ojalá algún día se canse —dijo rodando los ojos.

—Diría lo mismo, pero me gusta tener a Mccall rogando mi atención —se burló.

En cuanto ambas se separaron para ir a sus clases, Lara se dirigió a su aula, la cual ya estaba casi llena. Por supuesto, su asiento de siempre estaba vacío. Delante de ella estaba el chico pálido que estaba enamorado de Lydia y a su lado estaba McCall.

La morena comenzó a rebuscar entre sus cosas buscando algo con qué hacer sus apuntes.

—Mierda —susurró. Se había olvidado su lápiz.

Pronto, la puerta fue abierta y entró el director junto a una bonita chica. La morena se hizo la desinteresada mirando sus uñas como si fuera la razón del universo. No le gustaba esa blanca, para nada.

—Chicos, ella es estudiante nueva, Allison Argent. Por favor, haganla sentir como en casa —dijo antes de retirarse.

Por supuesto que eso haré; pensó la joven.

Levantó su mano en dirección a la chica para invitarla a sentarse a su lado.

Mantén a tus enemigos más cerca de lo que quisieras.

—Hola —saludó dándole una exagerada sonrisa, la cual fue devuelta.

Maldición, es hermosa.

Algo que llamó su atención bastante, fue cuando McCall volteó con su lápiz en dirección a la chica nueva, pero al notar la mirada de la morena en él, titubeó dejando el lápiz entre las dos.

Lara lo tomó rápidamente, entrecerrando sus ojos notando cierta simpatía en la forma en la que ambos jóvenes se estaban mirando en ese momento.

Allison le sonrió nerviosa.

—Yo tampoco tengo lápiz —soltó una pequeña risa.

—Oh, lástima —hizo una mueca—. Pero podemos compartir, me gusta compartir —dijo antes de partir el lápiz en dos.