❝En donde la perra de la preparatoria nota que perdió la atención de cierto chico con ojos de cachorrito atropellado y quiere recuperarlo❞
SCOTT MCCALL x oc
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CUATRO eres titular
El mismo día de la fiesta de Lydia, Scott Mccall se había lucido en el campo de lacrosse.
Todo había comenzado normal, incluso lucía un poco perdido. Lara estaba junto a una de sus pocas amigas porristas mientras cuchicheaban sobre con quiénes irían a la fiesta de Lydia.
— ¿Y con quién irás, Lara? —preguntó Quinn, mientras se retocaba el maquillaje.
—Sorprendentemente, con McCall —respondió viendo al chico.
Scott sintió su mirada y le regaló una sonrisa nerviosa mientras le sonreía. Detrás de ella pudo notar a Lydia Martin con Allison Argent y sin poder evitarlo, la saludó en cuanto ella volteó a verlo. Scott se preguntaba porqué ya no veía a Lydia junto a Lara, no como antes. Ahora parecían demasiado separadas desde la llegada de la linda Argent.
Cuando el entrenador terminó de dar un discurso dizque motivador, sonó el silbato y todos se colocaron en sus puestos. La pelota cayó en el palo de Scott, y parecía una jugada fácil, pero fue golpeado por otro jugador cayendo estrepitosamente al suelo. Soltó un pequeño gruñido al sentir un mínimo dolor, el cual desapareció en segundos.
El jugador que lo había lanzado subió su casco y todos pudieron ver que era Jackson, una diminuta sonrisa creció en los labios de Lara.
Esto comienza a salirse de control.
El silbato sonó de nuevo y esta vez, Scott Mccall tomó la pelota desde el principio, corrió y esquivó a muchos de los jugadores, realizó una acrobacia y cayó tranquilamente, llegando a anotar.
Brittany, una de sus amigas porristas, tiró su pompón frustrada.
—Yo votaba por Jackson —se quejó.
—Al parecer él ya está pasando de moda, Britt —se burló Lara mirando a Jackson, el cual estaba furioso— ¡Perfecto, McCall! —gritó la morena mientras realizaba una pequeña pirueta terminando en el suelo abriéndose de piernas, provocando gritos de todos los chicos del lugar.
En un momento, el entrenador llamó a McCall y comenzó a gritarle cosas, parecía molesto hasta que aclaró que sólo quería asustarlo.
— ¡Eres titular! —fue lo último que le dijo, sacando una sonrisa en las caras de casi todos.
Nada podría estar mejor; se dijo el adolescente sin saber nada de lo que realmente pasaba.
