Los Inmortales

Amanecer

Despertar no fue fácil, los recuerdos e ilusiones se adhieran a su mente, y por mas que luchaba por ponerse en pie, el aturdimiento y la belleza de aquel sueño no lo dejaban, llegado un punto empezó a desesperar, solo quería poder despertar y abrazar a su amada hasta que el miedo que rondaba las palabras de aquel extraño ser el día anterior se desvaneciese, sin embargo la realidad que lo azoto al encontrar la fuerza de abrir los ojos y ponerse en pie fue simplemente aplastante.

Se encontró a si mismo tirado en un callejón maloliente, su cuerpo estaba adolorido y sus músculos exhaustos, un intenso dolor punzante taladro sus sienes, una bocanada de sangre pegajosa y con un sabor terrible salio disparada de su boca, se incorporo confuso. Avanzo y salio a la avenida principal, se dirigió con mucha dificultad hacia su hogar, su conciencia se desvanecía por tortuosos momentos, en los cuales lo único que habitaba su mente era el roce de la piel de Amber en aquel sueño que había tenido mientras se encontraba confinado en lo mas profundo de su mente el día anterior. La confusión era espantosa, después de aquel trance no recordaba nada, y se preguntaba si era algo normal, si es que eso le pasaba a todos, se pregunto si Louis estaba bien. 

El camino fue largo y extraño, se sentía diferente, ajeno a el mundo, como si su presencia fuese indiferente para todos, y así era, después de todo el solo era un extraño mas, un forastero de su propia historia. Solo los héroes y los villanos son recordados, y sin embargo todos sabemos que hasta las personas inolvidables tarde o temprano se olvidan, y no por que salgan de la mente de las personas, sino por que las personas tarde o temprano mueren, y puede que los que sucedan ni siquiera estén enterados de la existencia de los mismos, despues de todo nadie es realmente importante para el mundo, quizá al final, la verdadera importancia no es una meta sino un estado, ya que a pesar de todo y sin importar que pasara, a el le importaba alguien, y esperaba de corazón que fuese algo mutuo. Algo eterno.

Al llegar a su casa, toco la puerta, sin embargo, sus golpes no causaron ruido alguno, era como si simplemente no hubiera tocado la madera de que cubria el umbral, o como si esta no se encontrara allí, camino hacia la ventana, y hecho un vistazo hacia el interior, allí estaba ella, tan linda, con sus hermosa figura recostada sobre el regazo de Louis, definitivamente algo no estaba bien.