ⅰ; titan

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Masajeó el rostro con ambas manos, con la frustración latente, perder; perder la batalla quedando a la deriva, con una desconocida en un planeta inexplorado, había pocas opciones para sobrevivir a lo inminente, Titán graciosamente estaba muriéndose así que no resistiría mucho tiempo, inhaló reiteradas veces, repitiéndose mentalmente que debía continuar, fue escogido para la última oportunidad, así que estaba obligado a continuar, poner aprueba la inteligencia y la supervivencia, regresar a tierra firme, tomar coraje para confiar una vez más en el antiguo puñado de amistades, recolectar fuerzas y atacar, buscar un alternativa.

-Esa nave -la voz femenina se oyó después de largos minutos, aún debajo de esa serenidad, conocía que está procesando la información-, es de Quill, ellos viajaban constantemente en el espacio, debe tener algunas provisiones, y lo necesario para redirigir nuestro destino.

-Bien, bien... sólo... sólo déjame dar un respiro más, podrías -suspiró sin ánimos, levantándose del suelo a duras penas-, no lo sé, adelantarte.

-No queda mucho tiempo, Stark.

-Un minuto, un maldito minuto, ¿podrías?

Los ojos avellanas del filántropo denotaban tristeza, otras emociones más crecían, no lo culpa, ella también perdió lo poco que tenía. Asintió, tomando camino a la Milano para preparar el despegue, no podían sufrir un contratiempo, más lejos y rápido estén, muchísimo mejor.

-Un minuto, o te dejaré -sentenció, perdiéndose dentro de la nave.

Anthony se abrazó, viendo alrededores, parecía irreal la manera en que todos desaparecieron, en miserables y incontables cenizas, personas buenas, héroes que combatieron lo que pudieron, si bien los planes fallaron, lucharon codo a codo sin discusión, poniendo aprueba todas las guerras vividas, aún así, ocurrió, besaron la derrota, y los pocos sobrevivientes debían vengar a los caídos.

Un solo mundo, dónde ellos ganarían entre miles de alternativas, realidades paralelas, ¿acaso es inevitable? ¿siempre caerán en los mismos tropiezos? Sabe que no le incumbe, qué no está en sus manos ser conocedor de todo en el multiverso, el único que poseía ese don estaba muerto.

Están muertos. Pensó pasándose las manos por el rostro, no llorará porque no es momento, el nudo en la garganta crece al saber que lo más importante se esfumó sin más.

Inhaló por última vez, yendo directamente a la nave para abordar el asiento de copiloto, se colocó el cinturón de seguridad, tomó con firmeza el volante, intercambiando miradas con la mujer de piel azul, una señal cómplice para avanzar, momentáneamente, sin importar a dónde.

A world like that ; Ironstrange.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora