Verdad o Reto (En Proceso+Editándose)

Parte 3

—Señor Malfoy, ¡¿está usted loco?! Es una idea totalmente absurda.

Draco miró a Snape con ojos de cachorrito. El despacho del director Snape tenía sus puertas siempre abiertas... Solo si el director era tu padrino las puertas estaban un poco más abiertas para ti. Draco no dudaba en aprovecharlo cada vez que lo necesitaba pero tampoco abusaba del tiempo de Severus, cosa que este agradecía.

—¿Por qué, director? A mí me parece bastante sensata. Todos tienen que saber volar con escoba. Tienen que superar su miedo. Me preocupa que Vuelo solo sea obligatorio para el primer curso. Yo y otros alumnos podríamos ayudar a los de séptimo. Podría ocuparme de...no sé, ¿Granger?

—¿Quiere ayudar a Hermione Granger?—Snape pensó que se había vuelto loco. ¿Draco ayudando a la listilla de Griffindor? Era algo nuevo.—No creo que ella esté de acuerdo. Me han informado de un incidente que tuvo lugar entre vosotros dos después del cual ella... omitámos los detalles. ¿Usted cree que querrá verle, señor Malfoy?

—Estoy convencido.—asintió Malfoy—Podría darle clases cada día por la tarde. A eso de las ocho, en el campo de Quidditch. ¿Le puede dar usted la noticia?

—Pero, señor Malfoy...—empezó el director, pero Draco ya había salido.

Snape suspiró, se levantó, abrió el armario y observó su contenido. Decenas de botellas de whisky brillaban reflejando la cálida luz de la chimenea. Severus cogió una botella y un vaso y se acercó al sofá. Se sirvió una copa, se la bebió de un trago y volvió a llenar la copa.

Desde que acabó la guerra bebía constantemente, casi cada noche. Se sentaba en el sofá, cerca de la chimenea y pensaba en la guerra. A veces desabrochaba la camisa y tocaba las profundas cicatrices que dejó Naghini. El alcohol también le ayudaba a pensar en otras cosas que surgían durante el día.

La propuesta de Draco no le gustaba en absoluto. Estaba seguro que a la señorita Granger no le iba a hacer gracia. Pero Draco le salvó la vida. Fue el único que se acordó de él y fue a la cabaña, llevando su cuerpo inconsciente al hospital. De no ser por Draco no estaría aquí. Y tiene que agradecérselo. Si quería pasar más tiempo con Granger Severus le daría la oportunidad.

Cogió la varita. La agitó y con voz cansada pronunció:

—¡Expecto Patronum!—apareció su patronus, la cierva. Snape se aclaró la garganta y le dijo—Mensaje a la habitación de la señorita Granger. Os espero en mi despacho en veinte minutos.