♡》Fly me to the moon. (RussMex)

🌙; 9

México sudaba frió, mirando al ruso confundido. No entendía ese atrevido y repentino movimiento. ¿Es que acaso el eslavo no había pensado en todo lo que debía hacer para simplemente sacarlo del país?

--- Wey..es que no traigo mis papeles..---era mentira, siempre los tenía en el maletero de su auto.

--- Están en tu auto, ¿cómo lo has olvidado? --- en una de esas que tuvieron que salir, México le pidió a Rusia que le buscará algo, y en el momento se encontró con los documentos del mexicano.

México miro hacia otro lado nervioso, pensando en que decir, del ruso se esperaba que fuera a acorralarlo y se quedaría sin excusas.

--- ¿Y el boleto wey? --- claro, ¿cómo no había pensado eso? No iban a poder comprar un boleto a esas horas y con el vuelo a punto de salir.

--- Puedo conseguirlo. --- Ay diosito, ¿cómo Rusia tenía una respuesta para todo? O tal vez México ponía excusas muy a lo pendejo.

Volvió a sudar, o bueno, no había dejado de hacerlo, simplemente le costaba imaginarse irse a Moscú de esa forma, no tenía nada de ropa para los tipos de clima de la región, y no había dejado a nadie avisado de nada, iba a desaparecer y nadie se enteraría.

Pero, sería un buen descanso de su trabajo, o de la constante molestia que representaba USA para su persona.

--- B-bien...iré contigo. Pero te pasas de verga wey. --- Rusia mostró una leve sonrisa triunfante, realmente el eslavo se esperaba un no por respuesta, y le dejaba satisfecho haber logrado ese capricho repentino, por que si, Rusia veía ese tipo de acciones como un capricho, de juzgaba mucho a decir verdad.

Ahora, a comprar ese boleto, Rusia pensaba hacerlo, pero sabía perfectamente que no sería fácil, así que, guiado por México emprendieron su viaje primero a dejar el auto del mexicano en un lugar seguro, luego tomaron sus papeles y se encaminaron hacía el área designada de la compra de boletos internacionales.

--- Quiero un boleto para Moscú, al lado de este asiento, por favor. --- México mostró boleto de Rusia, sonriendo nervioso mientras que la joven chica tomaba el boleto, y a base de los datos buscaba un lugar, estuvo un raro mirando la computadora para luego dirigirse a México.

--- Tienes tres opciones señor, junto a ese lugar no hay asientos, pero, a su alrededor si, la segunda opción es que cambien el lugar a un puesto vacío, y que ambos se coloquen ahí, la tercera opción es que ambos de muevan a primera clase. --- el mexicano tragó saliva, en todas las situaciones le iba a costar muy caro, y hace mucho que no viajaba en primera clase, no lo veía como una opción.

De la nada, Rusia se acercó a la escena, buscando entre sus bolsillos, sacando un fajo de billetes que dolieron en el bolsillo de los dos mexicanos que estaban ahí. Malditos primermundistas.

--- Movedlos a primera clase, por favor. ---la chica asintió apresuradamente, comenzando a hacer los movimientos que tendrían que hacerse en el avión, después de media hora, la chica entregó ambos boletos y se despidió amablemente de ambos países, vaya que hoy era un buen día para la joven.

México miró a Rusia aun nervioso, ese vato estaba loco, y tenía una facilidad extraña de derrochar dinero; México no era un país tan pobre, pero no podía permitirse darse lujos así, seguía siendo un país latino al final, no podría salir de ese agujero con tanto político mediocre.

Suspiró aflijido, llamando sin intención la atención de Rusia, el cual posó una mano en el hombro del mexicano intentando transmitirle tranquilidad, aunque este también estuviera nervioso. Para ambos sería una experiencia realmente interesante, y México tal vez no la libraría, en Rusia hace demasiado frío para un país tan caluroso como lo es el, estaría muriendo de frío en la mayor parte de su estadía, y nisiquiera aguantaba los 6 grados que llegarán a hacer en el lugar, y bueno, esa ya era excusa para estar en cama todo el día.