Estaba en mi oficina esperando a mi próxima clienta, una mujer muy amable, quien había llegado a ser alguien especial y muy querida por mí. Escuche un toquido a la puerta y di la entrada, savia que sería ella. Al abrirse la puerta volteé a ver como mi clienta y ahora amiga, Carmen asomaba la cabeza.
"Hola! Pásale Carmen" pero ella se quedó parada a la entrada sonriendo
"Traigo a alguien que quiero que conozcas" voltio a tras de ella y lo jalo "Ven mi amor, pásate" espere con una sonrisa, pero al ver el rostro de la persona que entro, el encontrarme con esos ojo azules que yo concia muy bien, se borró inmediatamente la sonrisa de mi labios. El verlo frente a mí, fue como si me hubiesen echado encima un balde de agua fría en tiempo de invierno, sentí un apretón muy fuerte en mi pecho y mi corazón comenzó a latir incontrolablemente. Me levante de mi silla impulsivamente, llena de confusión y desesperación, sentía que la fuerza de las piernas me abandonaba. Mi amor! le llamo mi amor? .
La sonrisa que el llevaba en su rostro, al igual que la mía se borró inmediatamente al encontrarse con mis ojos, cuales estaban llenos de llenos de dolor y lágrimas listas para salir. Yo no podía llorar NO! no en este momento, no le podía dar el gusto de verme sufriendo por él.
"Samantha, quiero presentarte a mi esposo" dijo Carmen con una gran sonrisa, mientras lo abrazaba por la cintura.
"Tu esposo?" pregunte algo confundida, algo? no, muy confundida, voltee a verlo directamente a los ojos, pero el no pudo contener mi mirada y se voltio a verla a ella.
"Si Josh! recuerdas que te dije que lo traería uno de estos días, para que lo conocieras?"
Lo volteé a ver una vez más y extendiéndole mi mano temblorosa, lo salude
"Si claro ¡Josh! como pude olvidarlo, mucho gusto conocerte, he escuchado mucho de ti" mis ojos me reprochaban tanto, que los forzara a impedir que salieran eso dos torrentes que estaban a punto de brotar. Sentía como mi Corazón se quería salir del pecho, mis manos temblaban, no podía tener control de mis movimientos. Lo único que quería en ese momento era salir corriendo de esa oficina y encerrarme en mi cuarto a llorar, como los últimos tres meses. En este momento debía ser fuerte y disimular, no podía permitir que ella se enterara de esa burla. Carmen era solo una víctima más, de los juego de Josh.
Él me tomo la mano muy suave, se sentía tal y como lo recordaba, cálida y suave. Pude oler su piel y sentir su aliento en mi cara, ese olor que siempre me hacía perder mis sentidos. La sensación en mi estómago era igual de fuerte que siempre, traicionaba mis emociones, mis pensamientos.
"El gusto es mío" respondió el besándome la mano y sus ojos muy intensos en los míos. El al igual que yo estaba confundido de verme ahí, lo podía ver en su rostro. Sus ojos también mostraba dolor, reí en mis adentros, dolor? de qué? Será que tiene miedo que le diga a Carmen qué tipo de alimaña tiene por esposo?
No pude más y jale mi mano, zafándome de su agarre. Volteé a ver a Carmen y apuntando a las sillas
"Por favor, tomen asiento" ellos se sentaron "y bien, a que debo tu visita?" mis ojos fijos en los de Carmen, no quería voltear a ver a Josh, savia que si lo veía a los ojos me derrumbaría. Carmen tomo la mano de Josh y mi vista voló inmediatamente a ellas, después se dirigieron a sus ojos, el solo bajo la mirada.
"Josh y yo hemos decidido tomar una vacaciones, e ir a nuestro casa en la playa. Pero como tú ya sabes mi salud ha estado un poco delicada y mi doctor me prohibió salir sin la compañía de una enfermera. Para mí es muy importante, es como mi segunda luna de miel". Se me hizo un gran nudo en la garganta y no podía pasar saliva, no podía respirar. Escuche bien? me está pidiendo que los acompañe a su luna de miel?? No lo podía creer, solo a mí me pueden pasar estas cosas, su voz me saco de mis pensamientos "pensé en ti" se estiro a tomar mi mano "eres la única en la que confió cine por ciento, tú me has demostrado no solo lo eficiente que eres, si no también lo buena amiga que puedes ser".
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Regalo de mi amiga la muerte
RomansaDesputes de tres meses de llorar por el abandonó de su movió Josh, se lo vuelve a encontrar en su propia oficina, al lado de su desahuciada esposa. No solo resulta ser su paciente, si no una buena amiga, quién por su enfermendad le pide la acompañe...