Derek Hale y tú
Ella nunca había conocido el amor, no sabía lo que era, pero con el lo descubrira.
Descubriendo también lo que ella es en realidad.
Adentrándose en el mundo de lo sobrenatural.
Y preguntándose todos los días, si el amor existía.
Tenía un plan, iría con Derek, le pediría que me acompañará al autobús, y también pasaría tiempo con el.
Supuse que mi hermano llegaría tarde a casa, siempre es así, así que baje a la cocina e hice algo de cenar para que cuando llegaría mi hermano comería.
Termine de hacer de comer eran las 7 de la tarde.
Fui a mi habitación, me metí a la regadera y me tomé un baño de 15 minutos, quería relajarme porque lo iba a hacer me ponía algo nerviosa.
Al salir busque un conjunto y decidí por esto, algo comodo, sencillo y sutil :
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Salí de mi habitación y dejé un nota, cuando salgo de casa y no hay nadie es lo que hago.
Son las 8 y media, falta poco para oscurecer, así que me apresure.
Salí de casa y me dirigi al bosque, seguí el camino indicado, me era fácil llegar con Derek, desprendía un aroma muy peculiar, pero me gustaba.
Estaba enfrente de la mansión Hale, hasta que me acordé de algo. También debia de entrenar con el, lo había olvidado.
A paso lento me acerque a la puerta y justo antes de abrirla vi como la manija se movia y Derek aparecía antes mis ojos, con su atuendo negro, me le quede viendo por unos segundos.
- Pensé que no vendrías - dijo sacándome de mis pensamientos.
- Ah, si es que, creo que necesito el entrenamiento, no quiero que suceda algo como lo de hoy - dije algo nerviosa.
- Claro, ven, acompañame -.
Lo seguí, nos pusimos afuera de la casa frente a frente.
- Quiero que saques tus garras, hazlo - dijo sin dejar de mirarme.
- Si, lo haré - dije segura.
Lo único que hice fui visualizar, cerre los ojos y me imaginé mi mano con unas garras gigantes y tenebrosas.
Al abrirlos, ahí estaban, tenía mi dos manos extendidas y de ellas salían garras, eran de un color oscuro y a mi parecer eran algo grandes.
- Lo logré, solo lo visualice, lo hice - dije mirando las garras que salían de mis dedos.
Derek miraba fijamente mis manos, las analizaba.
Saco sus garras y eran demasiado diferentes a las mías, eso me sorprendió bastante.
- Lo vez, eres diferente - dijo mientras tomaba mi mano y las comparaba.
Lo cual hizo que mi corazón se sobresaltara.
- Tus garras son más grandes que las mias y de un color más oscuro - no quitaba la mirada de mis manos.
