(Ana)
-¡Me ha encantado la película!, madre mía, entraría otra vez.
-¡Si, yo también! Me ha encantado la banda sonora.
- ¿En serio, Alexia ?- La verdad es que nunca le llamo por su nombre completo, supongo que costumbre.- ¿La banda sonora?, has tenido a un tio bueno en una pantalla gigante, ¡y tu te fijas en la banda sonora!.
- Bueno, pero es que el es obvio.
Decido pasar de su cara porque discutir con ella es como intentar quitarle su muñeco preferido a una niña de cinco años. Y mientras Alex me explica algo a lo que no presto atención, yo sigo en mi mundo.
- Oye, ¿Me estás escuchando?
- Dime pesada.
- Te decía que no entiendo como los adultos o simplemente los que ya pasan de los veinte pierden la ilusión por todo. Ya sé que es una película pero aun así es deprimente que todos nos digan que eso no existe, que te conformes con alguien estable y con un buen futuro.
- ¡Eh, estaba pensando lo mismo! Es que yo tengo esperanza por encontrar a alguien que valga la pena, sé que no existen los principes azules, pero ¿Quien quiere uno? Yo prefiero al chico misterioso con chupa de cuero, muchos problemas por resolver y algunos tattoos tampoco le vendrían mal.
- Ana, estas describiendo al prota.
- Bueno tu ya me entiendes. Me refiero a alguien que te ponga nerviosa, que tartamudees cuando te pregunte cualquier cosa - la miro sabiendo que ella siempre reacciona así con los chicos.- O que sin quererlo uses su nombre diez veces en una conversación de un minuto.- Veo como por un segundo permite evadirse para recordar al camarero que la pone nerviosa, puede intentar disimularlo, pero se que se fija más de lo normal en el tattoo que asoma de su muslo.- No sé, será que todavía soy una cría o que quiero conservar la esperanza antes de que el mundo me de una buena paliza.
- Puede que tengas razón, pero, ¿y si nunca llega? Puede que sea hora de ser coherentes y dejar de buscar a personajes ficticios. - Su pesimismo a veces acaba con mi paciencia.
- Muy bien. ¿Entonces tu no sientes mariposas en el estómago por nadie?¿Nadie te pone nerviosa ni hace que tartamudees?¿No hay NADIE a quien quieras arrancarle la ropa?- Le digo, en tono acusador.
- Si, por supuesto. - espero paciente a que me diga su nombre- Me muero de ganas de arrancarle la ropa a Hardin Scott- ¿Que? ¿Enserio? No lo suelta ni aporreandola. Así que voy al grano.
- Así que, ¿No hay ningún chico, alto, delgado, moreno, con ojos oscuros y penetrantes, simpático pero enigmático y con tattoos por casi todo el cuerpo que te llame la atención? - Mas claro imposible.
- No sé de quién me hablas.-Me dice intentando hacer que pasa del tema.
- Te hablo de aquellos mofletes colorados que se te pusieron cuando él enseñó todos los tatuajes que tiene, desde el del muslo que le llega casi a la ingle hasta el del abdomen. - Veo en sus ojos que no me lo va a decir.- ¿Quieres admitir de una vez que te gusta Iván?
-Que va, a mi me parece simpático y ya está.- Sé que lo va a reconocer en 3, 2, 1...- Vale, sí, puede que me atraiga un poco, pero seguro que son las hormonas.
Dejo correr el tema, ya me lo contará cuando se lo haya admitido a si misma. Así que cambiando de tema le propongo que se quede a dormir en mi casa, se queja por no haberlo decidido antes pero consigo convencerla recordandole que se nos acaban los días de verano y por desgracia empieza el bachillerato.
Al sacar el tema reacciono como siempre, intento dejar de hablar sobre mi futuro. Todos piensan que no estoy nada preocupada pero muchas veces no puedo evitar pensar en ello. Y la verdad es que me aterra, no sé lo que me gusta hacer y nunca he tenido un sueño o una meta a la que poder aspirar. Más bien es al revés, le tengo tanto miedo al futuro que no hablo nunca de ello y todo lo decido cuando se me acaba el tiempo y no tengo más remedio que afrontarlo. Soy así nunca preparo nada y mucho menos lo calculo, tal vez es una estupidez pero creo que si lo organizo no sucederá. Es como cuando voy a la playa nunca digo que iré hasta pocas horas antes, sino siempre acaba lloviendo. Manías, supongo.
-Me quedo- dice Alex haciendo que me olvide de mis pensamientos.
-Guay!
-¿Oye a donde vamos mañana?¿Playa o piscina?
No se cuando se convirtió en mi compañera de viaje. Pero la cuestión es que siempre estamos juntas. La conozco desde que nació, ya que somos primas, pero lo cierto es que no me acuerdo cuando dejó de ser mi simple prima a convertirse en mi mejor amiga de tirita. La gente no comprende qué significa eso, y cuando lo explico muchas veces no les acaba de parecer sano. La cosa es que mi mejor amiga estudia en otro instituto y la suya más de lo mismo y aunque se lo contemos todo, a veces es mucho más fácil hablarlo entre nosotras.
-¡Quieres contestarme!
-¡Pero si ya lo he hecho!
-¡Ya estamos como siempre, que no puedes contestarme telepáticamente!
-Te juro que pensaba que te había contestado.- no se porque pero muchas veces le respondo mentalmente. Y lo curioso es que ella casi siempre sabe mi respuesta. A veces me preocupo.
-Total que mañana piscina.- ¿Habéis visto?, ¡se ha contestado ella misma! Y luego dice que porque no le contesto, total, ya lo hace por sí sola.Cuando llegamos a casa lo primero que hago es saludar a Guau, mi perro. Para después saludar a Pio pio, nuestro nuevo inquilino. Supongo que os preguntareis como se me ocurrieron los nombres. Todo empezó cuando Alex y yo teníamos diez años. Desde siempre, nuestras madres han pasado el 24 de diciembre juntas y como no, nosotras también. Me acuerdo que aquel año dimos mucho la tabarra porque ella quería un gatito y yo un perrito, aunque habíamos discutido mucho en el tema de los nombres, nada más verles la cara lo tuvimos claro, su gata se llamaría Miau y mi perro Guau. Y desde entonces han pasado a ser parte de nuestra pequeña familia, la cual hace unos meses aumentó al encontrar a Pio pio caído de un árbol. La verdad es que no es muy bonito y a veces se le va la olla ya que intenta comer comida donde no la hay.
-Ana, dejalos ya y poned la mesa- dice Juan. El marido de mi madre, aunque no mi padre. Vale, a ver, mi madre y mi padre decidieron tenerme con 18 años aunque a los 19 ya se habían separado. Un año después de yo nacer, mi madre conoció a Juan y poco a poco él le aportó la seguridad y estabilidad que mi padre no tenía. No es mi padre, pero es como si lo fuese. Más tarde se casaron y poco después nació Álvaro, mi hermano.
-Vaa mueve el culo.- me dice Alex
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Tú de mí y yo de ti
Ficção AdolescenteVivimos en un mundo donde el funeral importa mas que el muerto, la boda más que el amor, Y el físico más que el intelecto. Vivimos en la cultura del envase, que desprecia el contenido.🦋