Saúl

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Él y yo nos gustábamos, estaba claro, pero nadie daba el paso hasta que un día me pidió salir y obviamente le dije que si. Cada día me gustaba un poco más y los años pasaban y pasaban y todo seguía igual; hacíamos las típicas cosas de parejas, ir al cine, me invitaba a cenar, paseábamos por el parque...hasta que esto se nos quedó corto y en 1975 nos fuimos a vivir juntos a un piso y dejamos de trabajar para esa repelente familia, dejándolo todo atrás, pero eso era lo de menos. Los dos buscamos un trabajo y económicamente estabamos bien aunque sin poder permitirnos muchos caprichos.

Desde que dimos el paso nuestra relación no había cambiado casi pero él sí, me estaba empezando a tratar como lo hacía aquella familia pero es lo que dicen "el amor es ciego".
Hasta que llegó la gota que colmó el vaso.

Todo acaba Donde viven las historias. Descúbrelo ahora