Waking The Demon

Redención

Antes de comenzar con el capítulo, me gustaría aclarar un par de cosas:

Desconozco las habilidades de Fitoria, por lo que basado en el anime/manga me inventé un par de cosas.  

Con el sistema de niveles pasa exactamente lo mismo que con las habilidades.

No me he leído la novela, así que no esperen algo 100% acorde a la obra original.  

Y el punto más importante. Esto es un AU, por lo que todo lo que no es de la obra original me lo inventé (y si le pegué a algo, pues que coincidencia :v)

Advertencias para este capítulo: Tortura explícita & lenguaje moderado

Sin más por decir, que disfruten el capítulo final!

Los textos en cursiva son pensamientos ;)

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El mundo es cruel, esa es una verdad innegable. Sin embargo, para alguien como Motoyasu, que siempre tuvo todo lo que quiso gracias a su cara bonita, esto era un aspecto totalmente desconocido.

Ser transportado a un mundo de fantasía no cambió mucho su suerte. Por el contrario, ser uno de los cuatro héroes legendarios lo colocó en la cúspide de su ego. Disfrutó de todo en ese mundo, lujos, comida, status, pero sobre todo; mujeres.

Cualquiera desearía estar en el lugar del nombrado héroe de la lanza, o al menos así era, hasta que desató la furia de un demonio que jamás debió haber despertado.

El que alguna vez fue el majestuoso castillo de Melromarc, ahora no era más que la casa de tortura del renacido señor del caos. Cuerpos mutilados, sangre fluyendo como un río, las llamas y oscuridad cubriéndolo todo. Esa era la calamidad en su máximo esplendor.

–Es tu turno de morir.

El rostro de Motoyasu palideció de inmediato. Después de ser testigo de la cruel muerte de Malty, no podía imaginarse lo que tendría preparado para él.

–A...Aguarda, Naofumi. Sé que me comporté muy mal en el pasado, pero yo sólo hacía lo que e...ella me decía y...

El demonio apretó su garganta, lo suficiente para cortar el flujo de aire hacia sus pulmones. Lo miró cara a cara, mientras luchaba por obtener algo de oxígeno.

–Nada podría importarme menos ahora. Eres un cobarde y una mierda de hombre. Tu muerte estará llena de dolor... es la hora. – le susurró, tan inexpresivo que dudaba si seguía con vida.

Soltó su garganta para dejarlo respirar y se alejó unos pasos de él.

–Voy a morir... Si me quedo moriré... Necesito escapar, ¡debo escapar!

Motoyasu estaba perdiendo la cordura que le quedaba. Su cuerpo temblaba por el miedo, pero no podía escapar. Lo único que podía hacer, era esperar la hora de su muerte.

–Comencemos.

Con esas palabras, el cuerpo del héroe fue puesto en una gran cruz de madera. Sus manos fueron atravesadas con gruesos clavos de siete centímetros.

Una vez más, los gritos resonaban en la sala del trono. El rey sentía que su corazón iba a explotar, pues el miedo, la ansiedad y desesperación se habían apoderado de él.

–Es muy pronto para temblar, rey de los imbéciles. – Naofumi se burló, estando a su lado. –, Disfruta del siguiente número en este circo de la muerte.