—¡Suéltame! — gritó Tamiel, luchando por liberarse de mi agarre.
—Lucifer...
—Cállate — le ordené a mi hermano, quien me seguía de cerca, mientras arrastraba al rubio.
Sentí la furia ardiendo en mi interior. No podía soportar ver a Ashley tan afectada por la culpa, y mucho menos permitir que Tamiel se saliera con la suya. Lo llevé con determinación hacia los vestuarios, decidido a enfrentarlo cara a cara y dejarle claro que no toleraría su actitud.
—Te mataré — gruñó entre dientes, lo que solo logró arrancarme una risa burlona.
—Me encantaría ver cómo lo intentas, Moscón — respondí con una sonrisa desafiante.
Lo obligué a sentarse en uno de los bancos del vestuario y, cuando intentó levantarse para enfrentarme, le propiné un puñetazo en el ojo. Su sorpresa fue evidente mientras caía de nuevo al asiento, mirándome con incredulidad.
La satisfacción momentánea de verlo en ese estado se mezcló con la irritabilidad por la situación en general. Algo no iba bien y necesitaba entender qué estaba pasando con Tamiel. Pero en ese momento, mi enfoque principal era hacerle entender que no podía descargar su ira sobre Ashley ni culparla injustamente.
—¿Te parece bonito lo que le has dicho a Ashley? — lo fulminé con la mirada, luchando por controlar mi ira y no matarlo ahí mismo.
—¡No dije ninguna mentira! ¡Por su culpa, Grigori murió! — frunció el ceño, intentando justificar sus palabras.
—¡Por ella te vendiste a mi padre para convertirte en su maldito Ángel de la Guardia! ¿Y le vienes diciendo eso? — apreté los puños con fuerza, sintiendo unas enormes ganas de torturarlo hasta la muerte.
—Os odio a todos, ojalá desaparezcáis y el Altísimo te meta de nuevo en el agujero de donde saliste — su expresión reflejaba pura rabia, pero sus ojos mostraban otra cosa; estaba llorando —. Os odio... — repitió con la voz entrecortada y la cabeza agachada.
Mi hermano y yo nos miramos durante unos segundos, frunciendo levemente el ceño al captar la intensidad de sus palabras. Parecía que Tamiel no se refería solo a mí, sino a todo el grupo.
De repente, Gabriel rompió el silencio con una pregunta directa y cargada de significado.
—¿Qué sientes por Ashley, Tamiel? — su voz resonó en el aire, cargada de curiosidad y preocupación.
Tamiel susurró con un tono frío, cerrando los ojos y apretando los puños con fuerza.
—Quiero verla muerta...
Lo miré con sorpresa y preocupación mientras procesaba sus palabras. Gabriel tenía razón, algo no encajaba en la actitud de Tamiel. No podía creer que estuviera experimentando tanto odio hacia Ashley, especialmente considerando lo que sentía por ella. Sabía que estaba enamorado de mi novia, aunque me doliera admitirlo. Además, Tamiel la había besado con anterioridad, lo cual añadía aún más confusión a la situación.
—Esto no está bien, Lucifer... Él no pensaría así, y mucho menos de Ash — dijo mi hermano mirándome, y sabía a qué se refería.
Antes de que Gabriel pudiera decir algo más, decidí actuar. Le pedí que se quedara en el vestuario y se asegurara de que Tamiel no se moviera.
Salí del vestuario con determinación, abriendo la puerta de un golpe y dirigiéndome al interior del edificio.
Rápidamente localicé a mi objetivo junto a los otros dos inútiles apoyados en las taquillas. Sin importar los demás alumnos que estaban en el pasillo, me acerqué a él y lo agarré del cuello, estrellándolo contra las taquillas. Su sorpresa era evidente mientras lo obligaba a venir conmigo. Lancé una mirada de advertencia a los otros dos, dejando claro que no quería que nos siguieran.
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Luzbel ( 2° Parte ) ||En Físico||
Teen FictionAshley se enfrenta nuevamente al Altísimo y los Arcángeles, pero una dolorosa verdad amenaza con destruirlo todo. Amor, Pérdidas Y Mentiras convergen en una historia llena de revelaciones impactantes. ¿Podrá Luzbel encontrar la fuerza para superar l...