Tú y tu forma de cambiar mi mundo

CAPÍTULO 12

No puede estar en frente mía. Me sigue mirando y noto un golpe en mi hombro.
-Vamos cariño, ¿Estás preparada?-asiento sin mirarla y abre la puerta-
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Entramos y miro todo, nada ha cambiado. Todo sigue igual. Miro una mesa y veo a dos niños reir,pero no están, nos veo a nosotros de pequeños, riendo a más no poder, como no volví a hacer en mucho tiempo.
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-¡Julia!-el chico que antes me miraba abraza a mi abuela cariñosamente. Es él. Con el que tantas veces reí en este mismo sitio. Quien me abrazaba cada vez que me raspaba una rodilla. Hugo. Me mira con sus ojos marrones que siempre me han encantado. Sonríe y se acerca a mí-
-Nora-el nudo aparece de nuevo. No puedo contestarle. El nudo no me deja hacerlo-
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Las piernas me tiemblan y él se acerca más. Me abraza. Me abraza sin más, tras unos segundos reacciono y yo también le abrazo. 3 años sin verle, rocarle, sin saber nada de él y aquí le tengo, abrazándome de nuevo. Le suelto y me seco corriendo una lágrima para que él no la vea. Mi abuela llora también.
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-Guau, cuanto tiempo-asiento- Bueno, te enseño todo esto-mi abuela me da un beso y se va-
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Le miro mientras limpia las mesas. No ha cambiado. Sigue poniendose el pelo alborotado y vistiendo con sudaderas. Es como si nada hubiese cambiado, como si los años no hubiesen pasado. Me mira y me pilla mirandole. Me sonríe con esa sonrisa que me tenía loca. Me doy la vuelta y sigo limpiando el mostrador.
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Salgo de la cafetería diciendole adiós con la mano. Está a 10 minutos de casa de mi abuela. Cuando estoy llegando me paro otra vez en la casa de ella. Siempre he envidiado su casa, es más grande y más llamativa. Me acerco a la puerta y veo cartas en el suelo. Parece que nadie vive aquí. Ojalá al llamar a la puerta saliera Abby con su sonrisa tan inocente y me recibiese con los brazos abiertos como siempre hacía.
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-¿Nora?-una voz detras mío me asusta. Me paralizo. Me doy la vuelta y me encuentro a una mujer apagada. La miro y mi corazón se detiene. Ella...