CAPÍTULO 25

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Miro el móvil y lo guardo corriendo.
Subimos a casa y mis padres me dan las sábanas para preparar la cama de Hugo. Cuando se van de la habitación le miro.

-Porfavor...-asiente y deja las sábanas en el colchón-
-Me pido pared, que no quiero que me tires mientras duermo-le doy un golpe suave y reímos-

Los ojos me pesan del sueño que tengo y de repente Hugo da un salto haciendo que me separe de él. Le miro en la oscuridad y una mano me agarra de la cintura empujándome. A pesar de hacer fuerza acabo en el suelo desconcertada y le escucho reir desde arriba. Enciendo la luz y me cruzo de brazos delante suya mientras él llora de la risa apuntándome con el dedo.

-Serás cabrón...-río porque se está poniendo rojo y me siento en el suelo-
-Te-ríe-he-ríe-tirado!!!!
-Shhh-me río mientras cruzo los brazos y me pongo seria. Me mira e intenta parar de reirse-
-¿Te he hecho daño?Pensé que tenías el modo avión puesto-estalla en carcajadas y yo aguanto para no perder mi seriedad- Perdón-se seca las lágrimas y se levanta-

Le doy la mano para que me levante y niega mientras se sigue riendo. Su cara es digna de una fotografía y quien la vea es capaz de estar horas riéndose. Su sonrisa va de oreja a oreja y las lágrimas deslizan por su cara roja.
Me levanto y acabo estallando yo también y riendo con él.

-¿Me concede este baile?-alarga la mano mientras no deja de reir y yo río-
-¿Has bebido algo antes de venir aquí?
-Si digo que sí, ¿bailas conmigo?-pone pucheros y yo pongo la mano en mi barbilla haciendo que pienso. Río y asiento-Pues sí, me he bebido tres botellas, de agua. Esque un día da para mucho-rie y hace un sonido de cerdo. Yo rio más y junto nuestras manos-
-Te lo concedo por payaso-pone cara conquistador y le imito entre risas-

Me acerco a él y le abrazo. Paso la pierna por detrás de la suya y pongo las manos en su cadera empujándole para atrás. Consiguiendo hacerle una llave de judo y tirándole al suelo. Abre los ojos al caer y ríe más que antes. Niega con la cabeza y yo acabo llorando de la risa.

-Ups, perdon, se me da mal bailar-pongo cara inocente mientras le tiendo la mano para levantarle-
-Está bien, lo merecía.

Agarra mi mano y se levanta poco a poco. En apenas unos segundos tira de mí y caigo encima de él entre risas. Los dos reímos como nunca, como hace tanto no hacíamos. Y esque cualquiera que nos vea pensará que estamos locos. Él tumbado y yo encima suya y los dos inmersos en un ataque de risa que no para. De mis ojos salen más lágrimas, estas de felicidad, porque a pesar de todo él ha conseguido que yo esté ahora así.
Un ruido en la habitación hace que paremos de golpe de reir pero sin quitarnos la sonrisa. Miramos de donde viene el ruido, o mejor dicho, de quién, y mi sonrisa desaparece.

Tú y tu forma de cambiar mi mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora