1. The Beginning.

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"There's a boy in the backseat
singin' to the song
playin' on the radio, knowing he's the one singing', Ah ha ha I just wanna be a rockstar.
Singin', Ah ha ha I was born to be a rockstar... "

La música se escuchaba en cada rincón de el baño y de su habitación. De su garganta salía un sonido hermoso, trataba coordinar su voz con la melodía de la canción, imitando las notas del artista, moviendo su cabeza bajo la lluvia artificial al ritmo de la melodía. Termino la canción y al mismo tiempo ella de quitarse el jabón de su anatomía para salir y tomar una toalla para su cabello y otra para su cuerpo. Salió con cuidado de la bañera y se vio a si misma al espejo.

- Oye, ¿quien es esa linda chica que se gradúa hoy? - movió las cejas de arriba a abajo mientras hablaba en un tono raro. -Oh, soy Perrie. Gusto en concerté. - fingió estar sonrojada y escondió su rostro en sus manos.

Perrie Edwards, 17 años, nacida y criada en Miami, Florida. Típica chica de preparatoria con el perfecto cuerpo, desafortunadamente no era ¿popular?, si eso. Con solo una amiga, Jade Thirlwall, su hermana postiza desde los nueve años. Sus notas no eran lo mejor, pero la habían hecho graduarse. Comenzó a cepillar su largo y rubio cabello, haciendo rizos en algunos mechones castaños que tenia. Su cancion favorita, bueno su cancion favorita del día, sonaba en su reproductor de música.

«I wanna stay up all night and jump around until we see the sun» cantaba en voz baja, su mejor amiga se habia enamorado de aquel grupo británico hace dos años y no podia sacarse sus canciones de la cabeza por culpa de ella, todo los días de la semana que la veía hablaba de ellos o estaba tarareando sus canciones. Algo que no tardo en pasarle a a la rubia también.

Termino de arreglar su cabello y se acerco a el vestido que usaria bajo su toga de graduación. No habia podido comprar uno nuevo, era el mismo que el baile de primavera de el año anterior. Nadie sabría que era usado, la toga lo cubría. No era que no tuviera dinero, si no que no era vanidosa y era muy floja como para haber ido al mall al mirar los cientos de tiendas, probarse miles de vestidos y después de un millón de horas; elegir uno.

Miro el sobre blanco con su nombre que se encontraba a un lado de una maleta y una pequeña mochila en su cama. En aquel sobre llevaba sus identificaciones como alumna y ciudadana americana y un boleto de viaje redondo a Londres, Inglaterra. Hace varios meses la directora de la preparatoria había decidido organizar un viaje de final de curso para los recién graduados. Desafortunadamente solo menos de la mitad de la generación graduada logro pagar el viaje, entre esa parte de alumnos se encontraban la chica y su mejor amiga. La otra parte de la generación, tuvo la oportunidad de ir a un parque de diversiones acuático a dos horas de Miami, el cual el precio era menos de un octavo del viaje a Londres.

Sus notas regulares, y el entusiasmo de su madre, la habían hecho ganarse el viaje a otro continente y un guardarropa completamente nuevo para el viaje ademas de que había sido la elegida para dar el discurso de graduación. Si, ella. La chica con cuerpo y vida casi perfecta con 0.5% de popularidad y 99.5% de rareza en su comportamiento había sido la afortunada de dar las ultimas palabras frente a cientos de personas. La razón, las otras tres personas candidatas a hablar; una habia cogido una fibre la semana pasada que no se habia curado aun, la segunda al momento de hablar frente a muchas personas decía una especie de trabalenguas que hacia difícil entender sus palabras. Y la tercera, todos odiaban su voz. «Habla como Mickey Mouse». Pensó la rubia terminando de alistarse. Comenzó a caminar con sus cosas para el viaje hacia las escaleras con paso torpe y lento. Estaba usando unas zapatillas altas que su madre le había comprado el día anterior, estaba solamente diez centímetros separada del suelo y sentía como se tambaleaba para caer al suelo en cualquier momento.

No era tan femenina como lo era su amiga o su madre. Siendo hija única siempre obtuvo lo que quiso, como la decena de jeans azules y de colores con estampados que tenia. Tenia años sin usar una falda, y con ello un vestido. No era femenina, ni lo iba a ser. Aunque el sol le diera de frente y el calor la matara, no dejaría de usar sus pantalones negros ajustados.

- Oh dios mio, mirate cariño. Estas hermosa. - dijo su madre al verla entrar a la sala de estar con su equipaje y arreglada para el evento. La adolescente suspiro mientras su madre, quien ya iba igualmente vestida para el evento, le lanzaba una foto inesperadamente.

- Gracias. Pero no necesitas hacer eso. - dijo fastidiada mientras tomaba una cajita de jugo de la mesa y un muffin de nuez de los que cocinaba su madre cada semana.

- Perrie, no todos los días te gradúas de la preparatoria. - negó con la cabeza mientras veía la foto en la cámara digital. - Ademas estarás en Canada pronto, necesito recuerdos tuyos.

Su padre quien ya estaba igualmente vestido formalmente en la mesa leyendo el periódico rodó los ojos.

- Dejala, puede que a ultima hora ella sea la que se vaya a Londres con Jade y no tu. - la joven abrió los ojos asustada mientras sentía de nuevo el flash de la cámara a sus espaldas.

- Vamos Joseph, ¿me crees capaz de hacerle eso a mi niña? - padre e hija miraron a la mujer con una ceja levantada, y esta solo bufo antes de apagar la cámara.

- Creo que es hora de irnos mis tesoros. - dijo el hombre de la familia ayudando a su hija a llevar su equipaje. Los adultos se encaminaron al auto en el garaje mientras la joven apagaba la luz de la sala de estar. Suspiro y vio por ultima vez, en veinte dias, su casa. Su padre puso la mano en su hombro y le sonrio.

- No te preocupes, estara igual cuando vuelvas. A menos de que a tu mamá le entre la loca idea de remodelar... - dijo riendo.

- Escuche Joseph. - dijo su mujer desde el asiento de copiloto del auto.

- Te amo, Debbie. - grito en respuesta su padre, rodando los ojos. Perrie rio, viendo la inmadurez de sus padres.

- Lo se Papá, solo que... - hizo una mueca. - Quiero recordarla estos proximos dias, no quiero extrañarla. - suspiro y dejo que su padre cerrara la puerta y subirse al auto. En tres horas estaria rumbo a Londres, Inglaterra y pasaría los mejores dias de su vida. Los mejores...

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Eso es todo y espero les haya gustado, voten y comenten que siempre veo todo y respondo ;)

-Dani.xo

Oh si, ¿quieres dedicación cierto? xd Comenta!!!! (:

The Replacement | CYL #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora