19. The Hawaiian Man

402 42 3
                                    

And all along I believed
I would find you
Time has brought
Your heart to me
I have loved you for a
Thousand years

Peyton se había decidido en llamarle a James. El chico resulto ser muy carismático e idéntico a su hermana menor. Elizabeth ya era una de sus amigas, su única amiga fuera de Europa, y ya había tomado el desayuno la mañana anterior con ella y su madre.

Su madre era muy amable también, había aprendido mucho de la familia Keithley. La señora Marie había decidido ser madre soltera cuando supo que el padre de sus hijos estaba metido en las drogas. Cuando la señora hablaba de su vida y sus hijos, lo único que hacía Elizabeth era removerse incomoda. Peyton hizo una nota mental de nunca preguntar más por su vida privada.

En cambio, ellas se interesaron más por su vida. Gracias a todos los dioses, ella era la reina de las mentiras. Les había dicho que había terminado la universidad hace casi un año y trabajaba en algo de las relaciones internacionales, por eso
el viajar a todos lados. Pero en estos momentos estaba de vacaciones, por dos semanas.

También contó había visto algo de Hawaii el año pasado y que por fin había podido conocer más en sus vacaciones. Eso no era del todo mentira.

Y ahora le tocaba salir con el único hombre de la familia. Se habían citado en un pequeño bar en una calle transitada por todo tipo de personas. La ahora castaña sentía las piernas temblarle al momento en el que alguien caminaba a su lado o posaban sus miradas en ella. Era una noche agradable y no quería que lo arruinara un fan o paparazzi.

Entre las personas que pasaban por la acera pudo ver al chico. Vestía unos jeans oscuros, una camisa a cuadros y una chaqueta negra de cuero. Llevaba unas converse negras; Peyton odiaba las converse.

Hizo una mueca y su vista se centro en el menú frente a ella. Espero a que el chico se acercara a la mesa y fingió no haberlo visto.

— Hola Peyton. — su voz se escucho a un lado de su cabeza y ella solo sonrió sin mirarlo.

— ¿Que tal James? — le dio un beso en la mejilla.

— Perdón si te hice esperar.

— No. — solto una risita. — Yo llegue muy temprano, es solo eso. Llegaste puntual.

— Genial.

Él se sentó frente a ella y hubo un silencio incomodo por unos minutos. Peyton se aclaro la garganta mientras jugueteaba con los botones de su blusa.

— Cuéntame de ti, Peyton.

Ella lo miro sorprendida. ¿Todo esto estaba realmente pasando? Todo el tiempo ella tenia a las personas a sus pies, ella era la que ponía nerviosos a los demás, un chico cualquiera no podía ponerla nerviosa.

— Bueno vivo en Londres. — dijo sonriendo.

— ¿Acaso no eres americana? — el chico la miro curioso. Su acento el día que llego al salón era americano, y ahora era gordie.

— No. — sonrio nerviosa. — Soy del norte de Inglaterra. Una pequeña ciudad cerca de Newcastle.

— Genial. — James se acerco más a la mesa para verla fijamente. La castaña se removió en su asiento y puso sus brazos en la mesa.

— ¿Y tu, James?

— Nacido y criado aquí en Hawaii. — el chico suspiro. — ¿Que se siente?

— ¿Que cosa?

— Ser dueño de tu vida.

— Creí que eras el dueño de tu vida. — ella se rió. — Tu hermana te describe como carismático y alguien que hace lo que quiere.

— ¿De que me sirve? — dijo molesto viendo el menú. La castaña lo miro extraño.

— No entiendo. — hizo que el chico soltara el menú y la mirara.

— Tengo 24 años, debería de tener una relación estable, un trabajo e incluso haber terminado la universidad. Soy un inútil. — soltó en un tono desesperado. Peyton solo lo miro confundida y algo triste, se veía como un chico encantador y ahora veía que le dolía su vida. — Te admiro.

— ¿Me admiras? — ella soltó una risita, lo había escuchado miles de veces de muchas personas que buscaban su camino en el negocio de la música y querían ser como ella.

— Quisiera ser como tu. Elizabeth me contó de tu vida en Londres. Disculpa, le gusta chismear. — James hizo una mueca rara imitando a su hermana.

— No te preocupes. — solo se rió. — ¿Sabes? Ser yo es aburrido.

— ¿Viajar por el mundo con tu trabajo es aburrido? Vaya que estas loca chica. — él negó con la cabeza. — Acabas de terminar la universidad y tienes un empleo, eres muy afortunada.

— No es aburrido, pero tampoco es lo mejor que me pudo pasar. — se desplomo en el respaldo de su silla y bajo la mirada.

— No quiero estar aquí. — se levanto de su silla y acomodo su chaqueta de cuero.

— Oye, lo siento si soy tan aburrida pero esa no es manera de decirme que no te guste. — Peyton se levanto enojada y el al mismo tiempo le ofreció su mano.

— Creo que no nos presentamos correctamente, soy James Keithley.

— ¿Ah?

Definitivamente nunca se había sentido más confundida. La mano de James seguía extendida a ella, y ella lo miraba con un signo de interrogación en su cara.

— ¿Y tu?

— Soy... — ella parpadeo varias veces antes de tomar la mano del chico. — Peyton Edwards.

— Un placer señorita Edwards. — el chico se acerco a ella para besar su mejilla. La castaña cerro sus ojos al sentir los labios de James contra su piel.

— Un placer James.

Ambos rieron y comenzaron a caminar lejos del lugar.

— Viendo que nuestra pequeña cita se ha acabado. — dijo riendo. Peyton asintió con la cabeza y se rio. — ¿Quieres hacer algo?

— ¿Que te parece si compramos helado y me cuentas más de ti?. — la chica le sonrió y lo miro a los ojos. ¡Ese hombre era hermoso!

— Me parece perfecto Peyton, ¿vamos? — el castaño le ofreció su hombro y ella con una sonrisa lo acepto. Caminaron lado a lado por la calle, hasta llegar a un supermercado a comprar lo que deseaban y después irse a la casa del chico, a pasar una noche, que Peyton estaba segura, que no cambiaría por nada en el mundo.

Hello! Aquí están Peyton y James, esto originalmente iba a estar en los extras pero decidí dejarlo acá :)

Gracias por los votos y comentarios pasados x

Pásense por mis otras historias (:

- Dani.xo

Dedicado a @flywithmepezza

The Replacement | CYL #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora