The Replacement | CYL #1

4. The Confused Fan/Friend.

Se miro en el espejo una vez mas, acariciando su cabello, y suspiro. Por fin se había deshecho de su horrible color pasado, para dar paso a un morado en su larga melena. Rascaba con cansancio su cabeza, había pasado mas de cinco horas en el salón cuidando de su cabello, y aunque había puesto casi una docena de productos en el; sabia que terminaría casi calva por el maltrato.

Era en momentos como este en el que deseaba poder tener un descanso, un par de semanas, un par de meses, o para toda la vida. Ella no había elegido esto, toda su vida en boca de los medios. Su madre, que había fallecido un par de años atrás, era una reconocida actriz de Europa y había puesto a su hija en el mismo camino; el camino de su "sueño", después de varias audiciones desde niña, uno de los mas grandes managers y dueño de disqueras en el mundo la escucho y decidió firmarla. Aunque Peyton no llenaba las expectativas de todos los socios de de Simon, le dieron una oportunidad. Tenia una cara bonita, cuerpo con curvas aunque seguía en pleno desarrollo a sus escasos catorce años, cuando fue firmada.

Su voz era una de las mejores de su generación (según la revista People).
Para otros solo era una cara bonita. Aunque en muchas de sus presentaciones el playback era notorio, ella sabía cantar. Pero estar en un escenario no era su más grande sueño. Quería una familia y hacer una película, si una película. ¿Tonto? Siempre habia querido actuar, aunque con este trabajo lo habia logrado, actuaba cada segundo de su vida.

Pero que podía hacer. No iba a dejar todo, no ahora. Tenia ya varias docenas de premios. Millones de euros en su cuenta bancaria. Y un próximo falso novio, que le habían asignado hace apenas veinticuatro horas, que la haría ganar el doble de dinero que ya tiene.

Aun no confirmaban nada, pero cuando lo hicieran por medio de su compañia todos los medios se volverian locos. Tenia que aceptar que Zayn era atractivo. Tenia tatuajes, fumaba y era alguien con el que podias hablar sin el juzgarte. Tenía que aceptar que el chico era definitivamente su tipo. Era demasiado hogareño, y ella amaba estar en casa. Eran el uno para el otro.

La ultima junta habia sido demasiado incomoda. Los compañeros de banda del chico estaban ahi cuando firmaron el contrato de la relacion. Ella sabia que los chicos no la soportaban, a veces se comportaba como diva y era un poco fastidiosa. ¿Pero por que la excluían por manifestar el odio que sentía hacia su vida? Era algo ilogico. Ellos eran los ultimos en poder opinar sobre sus pensamientos y vida. Ahora solo ella era la unica que tenia poder sobre su vida, no habia padres de por medio o alguien importante para ella.

Era por eso que las ultimas horas había pensado si haría lo planeado o no. Pero la necesidad de salir de su rutina, relajarse y dejar la música por un momento habían ganado. Se iría a una isla exótica, no recordaba el nombre pero si las atractivas imágenes que vio en internet de aquel lugar.

Tenia una gran maleta morada, digna una diva, diría Louis "Inmaduro" Tomlinson como Peyton lo llamaba, con prendas suficientes para un mes y su pasaporte, boleto y tarjeta de crédito en mano, estaba lista.

Hace veinte minutos que había pedido un taxi. No era que no se fiara de su chofer, si no que siempre había una manera de que siguieran a su auto los irritantes paparazzis.

Segundos después se decidió en salir del gran condominio donde residía. El portero le sonrió, como cada día, pero Peyton solo asintió; sabia que el hombre lo hacia por su trabajo no por que le tuviera afecto a la chica. Diviso al vehículo amarillo estacionarse metros lejos de ella y camino hacia el. Sus lentes oscuros decoraban su rostro, cubriéndola de cualquier odioso que tratara de detenerla en su trayecto a su "libertad" por unos días. Subió al taxi, ordenándole que se dirigieran al aeropuerto. Suspiro al momento en el que el automóvil se movió sin problemas. Nadie la había visto, y todo esta saliendo perfecto. Por unos segundos se sintió mareada, al mismo tiempo que sentía que el estomago se le revolvía por la falta de comida.