Our Trouble 【Kacchako】

➐

Bakugo apretó los dientes, mientras veía como sus compañeros de clase iban de un lado al otro.

—¿Sucede algo, Bakugo? —preguntó Kirishima solo para recibir la mirada asesina del rubio.

—Hey Kirishima —le llamo Mina para que le ayudara con parte del material. Dando una última mirada a Bakugo al final se fue.

La razón de su molestia consistía en dos simples razones.

La primera; la entrometida de su madre quien al conocer a Uraraka agradeció el hecho de soportar a su altanero hijo.

—¿Pero quién se cree esa vieja bruja? —mascullo entre dientes.

La segunda; el festival escolar por lo cual sus compañeros estaban armando tanto escándalo. Siendo que harían una cafetería.

Bufando, pensó tal vez faltar esos días, siendo que no habría clases tal cual por los preparativos, pero sabía que sus viejos le reñirían y para colmo no se quitaría de encima a Uraraka con sus regaños.

—Hey Bakugo —le llamo Ochako— ¿Acaso pasaras todo el día pegado a tu pupitre?

—¡Cállate eres molesta!

—Oh vamos no seas amargado y déjate inundar por la festividad.

—Así que alguien está más animada que de costumbre —se levantó de su lugar.

—Cla... Claro ¿Por qué no lo estaría?

—No lo sé, dímelo tú —encaro divertido.

—Oh vamos, no bromees, es solo la emoción normal —rio nerviosamente.

Obviamente Bakugo no le creyó, y claro que descubriría qué era lo que ocultaba la chica.

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Día del festival, aún recordaba la pedante voz de ese rubio de mierda que acudió a su salón para burlarse.

Por otra parte el aludido; Monoma Neito aun sentía hervir su sangre al ver como ese yankee se había referido a sí mismo. El muy maldito de Katsuki le había ignorado y no solo eso, se había burlado en sus narices.

Obviamente Neito no dejaría pasar aquella falta, sin embargo no era tan estúpido como para comenzar una pelea. Por ello ambos grupos habían decidido resolver sus diferencias en los juegos deportivos de ese año.

Quien obtuviera más victorias en las competencias sería el grupo ganador y también seria reconocida su superioridad ante el perdedor.

Sin embargo los planes de Monoma se vieron afectados sin querer por un simple juego que le llevó al peor momento de su vida.

Tanto su equipo cómo el equipo rival habían llegado a un empate cuando en la carrera de relevos femenino les ganaron.

Ahora solo quedaba jalar la cuerda. Su contrincante, Uraraka Ochako, obviamente tenía las de ganar, ya podía verse saboreando el triunfo cuando la chica de cabellera castaña soltó la cuerda generando que cayera de cara en el lodo.

¿Pero quién se creía esa chica tonta?

Obviamente no dejaría pasar tal humillación. Y así pensó en una forma de cobrárselas sin contar que Ochako supiera de artes marciales y cuando quiso tomarle del hombro por sorpresa ella le hubiese lanzado al suelo dejándole inconsciente.

Sin lugar a dudas era el peor festival para Monoma.

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—Espero que este bien —soltó pensativa tras ver cómo le llevaban sus compañeros.

—¡Serás idiota! ¿Comprendes que él iba tras de ti?

—¿Hu? ¿De verdad?

—¡Eres una idiota! —declaro Bakugo.

—Como sea, sal de aquí —le llevo afuera del probador, hace un par minutos atrás estaba a punto de cambiarse cuando sintió una extraña presencia lo cual -después de hacer caer al intruso- le llevo a gritar por el miedo, alertando a los demás.

—Como si alguien quisiera ver a una chica fea, tch —bufo Katsuki antes de salir.

Sin esperar que Uraraka no se veía nada mal en el traje de mesera notando a su vez que parecía más emocionada de lo normal.

Pero ella no era la única.

La vicepresidenta también parecía buscar a alguien entre la multitud.

Y cuando vio a un joven pelirrojo cruzando la puerta de su cafetería supo que la misma mirada que tenía Uraraka era la misma de Momo.

Estaba seguro que Ochako esperaba a un chico.

¿Tal vez su novio?

No. Por supuesto que no.

Además si tuviera alguno de seguro ya lo sabría.

Y además a él ¿Qué? No es como si le importase.

¿O sí?

Pero cuando los ojos avellana de la chica se iluminaron al ver la cabellera verde pasar por el lumbral de la puerta se sintió algo extraño.