El consuelo

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Fui al último baño y Cerré la puerta con llave. Las lágrimas caían de mi rostro, y no podía detenerme, sentía mucho dolor y tristeza, solo quería morirme.

Tomé mi mochila y saque una pequeña navaja que tenía en mi bolsillo trasero, me quite la sudadera y solo estaba con un brassiere negro que me había puesto en la mañana. Tome la navaja y la coloque sobre mi brazo en la parte de arriba, aún lado de mi pecho. Podía sentir como la navaja me penetraba. Sentía mucho ardor y dolor pero a la vez descansaba. Una paz emanaba en mi interior. Era mejor soportar un dolor físico que un dolor mental y eso cualquiera lo sabe.
La navaja continuaba dentro de mi, y mis lágrimas caían cada vez más. No podía pensar en otra cosa más que en la maldita suerte que me cargaba, y recordaba cada vez más las palabras de esa idiota. Pero un golpe en la puerta de afuera me desconcentro e hizo que me detuviera, guardé rápidamente mi navaja y al mirar hacia el suelo me di cuenta que todo estaba lleno de gotas de sangre, Así que con rapidez traté de tomar papel de baño para limpiar todo pero no había, tenía que salir a fuera de mi baño para poder tomar papel y limpiar las gotas de sangre, pero a cada movimiento que daba mi sangre dejaba rastro por todo el suelo del baño. Así que traté de tranquilizarme, no hice ruido, presioné la herida con mi mano, solo abrí la puerta y salí para tomar el papel y poder limpiar todo, Cuando de repente alguien abrió  la puerta. Era mi profesor, Arthure Sweghthy.

- Sinéad.. pe.. pero ¿Que hiciste? <<Exclamó mi profesor mientras me miraba la herida con asombro y entraba rápidamente>>

Me miro a los ojos mientras presionaba mi herida con sus manos. Mis ojos verdes y mi piel pálida se encontraban totalmente rojos e hinchados, así que al verlo las Lágrimas  salieron más y más. Estaba muy apenada, No solo por que estaba semi desnúda, si no también por que El había visto la manera en la que sacó toda mi ira y mi dolor. Estaba segura que ahora me tendría lástima y pensaría que soy una suicida idiota.

Así que sin decir palabra alguna me volteé y me dirigí hacia el baño donde estaba,  pero algo me detuvo. Era mi profesor, me estaba abrazando por detrás, podía sentir su rostro y respiración en mi cuello y sus manos al rededor de mi cintura. Me quede inmóvil por un momento, y después me moví lentamente hasta quedar cara a cara.

Mi profesor era alguien muy alto, de complexión delgada, cabello color marrón oscuro, piel muy pálida y ojos azules. Un hombre que no rebasaba los 35 años pero era muy educado, inteligente y muy amable conmigo.
Tomó mi rostro con las yemas de sus dedos suavemente, alzó mi rostro un poco, me miro y limpio mis lágrimas. Colocó mi rostro sobre su pecho y mi brazo lastimado al rededor de El.
Mi sangre penetraba en su camisa gris que llevaba puesta y eso parecía no importarle en lo más mínimo.

-No tienes por que lastimarte de esa manera sinéad, Esa chica no vale la pena. ¿Por que lo hiciste? <<Exclamó el profesor mientras me consolaba frotando sus manos arriba y abajo suavemente por la piel de mi espalda>>

Traté de contestarle, pero las palabras no me salían. El profesor me tomó de la mano y me llevo al lavabo, tomó mi brazo y comenzó a lavar mi herida suavemente.

- Mi ultima clase de hoy es la que tengo con ustedes, ¿Te gustaría ir a comer algo después de terminar la clase? <<Exclamó dulcemente mientras frotaba la herida con jabón>>

- Si, Me gustaría <<Respondí tímidamente>>

- Tranquila Sinéad, te prometo que todo estará bien, confía en mi. <<Exclamó mientras una sonrisa tierna aparecía en su rostro>>

El profesor limpio mi herida perfectamente hasta que esta dejo de sangrar, bromeó conmigo y me hizo sentir mejor. Así que al terminar, Se fue al salón de clases y me dejo allí en el baño.

- Te veo en el estacionamiento, allí tomaremos mi auto y nos iremos. <<Exclamó el profesor tiernamente mientras dejaba el baño>>

Me quede allí sola, tome papel y rápidamente comencé a limpiar todo, al terminar lave mis manos, me coloque la sudadera y me fui al estacionamiento. Allí hay unas bancas, así que me senté a esperarlo. Saque mi laptop y la encendí. La primera pestaña que apareció fue el inicio de Closed Rooms.Tenía que registrarme, pedían datos personales como edad, nombre, apodo, correo electrónico y características personales.
Me llamo mucho la atención ese punto por que tenía varias opciones a elegir, como Entusiasta, positivo, pero de igual manera suicida y depresivo. Quería ser completamente sincera, ya que quería encontrar a gente como yo, así que en mi descripción aparecía una chica con características depresivas, suicidas, antisociales e inseguras.

Al dar click en -continuar- Una pestaña se abrió, y ahora pedían una fotografía para ponerla como perfil. Pero Yo no era muy fan de tomarme fotos, así que lo único que hice fue dar click en -Omitir y Continuar-

La aplicación estaba instalada y mi perfil ya estaba registrado exitosamente. Varios perfiles de todo el mundo estaban frente a mis ojos. Chicos y chicas europeos, asiáticos, latinos, y africanos de todos las edades estaban allí, una gran cantidad de personas con características iguales que las mías. Era sorprendente ver tal espectáculo. Miré a cada uno de los perfiles detenidamente, leí la descripción y las fotos que en ese perfil contenían. He de decir que al igual que yo, la mayoría de chicos no tenían fotografías. Solo contaban con fotos de dibujos, artistas o seres ficticios.

Mire por algunos minutos, hasta que sentí la mano de alguien sobre mi hombro. Mire rápidamente y era mi profesor. Que me miraba con una pequeña sonrisa sobre el rostro.

-Vámonos Sinéad <<Dijo tiernamente mientras me ayudaba a cargar mi mochila y mi laptop>>

Caminamos unos minutos, hasta llegar a una camioneta jeep verde oscuro.
Presionó un control que tenía en sus llaves y una alarma sonó. Como todo un caballero me abrió la puerta delantera, me entregó mi mochila y cerró la puerta, se dirigió lentamente a su asiento y se sentó.

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