Han pasado varias horas desde entonces. No he podido dormir en lo absoluto ni tampoco he comido nada. Vi, todavía llorando, cómo la luz del amanecer inundaba la casa y alejaba toda la oscuridad de esta noche tan horrible. Pero ya ni siquiera la luz del día me hace sentir a salvo... ¿Cómo podría, con esa cosa rondando por ahí, buscándome?
El día ha transcurrido con cierta calma y sigo con esa sensación espantosa del vacío que produce el horror verdadero.
Apenas y he escuchado ruido fuera de la casa. Es un domingo demasiado tranquilo, como si no hubiese nadie más en las calles o... como si todos siguieran dormidos.
Pasó el mediodía, dieron las dos, luego las cuatro y después las seis de la tarde y no escuché siquiera un auto.
Ahora comienza a oscurecer nuevamente. Mi teléfono aún no enciende y no puedo comunicarme con nadie. Tengo miedo de que algo les haya pasado también a Julieta, Brenda y Aranza como ese «sujeto» me dijo. Pensé en salir a pedir ayuda, pero casi no conozco a nadie de por aquí, y me da miedo encontrarme a ese monstruo si abandono la relativa seguridad de mi casa.
Tuve la intención de tomar todas mis cosas para dirigirme a la estación de autobuses y partir de vuelta a Hidalgo... pero, cuando comenzaba a conectar algunas ideas de lo que podría hacer, empecé a sentir mareos y una presión en la cabeza. No sé cómo describir esto... Solo atinaría a decir que siento como si algo «bloqueara» mi mente... Debe ser él.
No puedo pensar claramente. Sé que ha perturbado mis ideas. Es como si algo estrechara o delimitara mis sentidos y me dejara desvalida, incapaz de hallar una salida.
Me siento tan vulnerable... Él puede saber lo que pienso. Cuando intento hacer como que imagino otra cosa, siento punzadas en la sien. Ese monstruo puede leer cada paso que doy...
Estoy devastada.
Empecé a escribir todo lo que pasó. He descrito todo con el más mínimo detalle para que nadie pueda sugerir que estaba ebria o drogada. Y espero que, si algo me llega a suceder, alguien pueda encontrar esto y saber que esta madrugada algo me persiguió por las calles del Centro Histórico en Querétaro, después de salir de un antro.
Quizá él sepa ya que yo estoy haciendo esto... Pero tal vez le da igual. Incluso yo dudo mucho que alguien pueda creer todo lo que he escrito.
Pienso además que la desaparición de mis amigas y la mía será atribuída a los numerosos casos de secuestro o feminicidios en la entidad, esos sobre los que nadie dice nada y poco se hace al respecto.
Seremos un caso sin resolver, tan solo una maldita cifra más, y eso me aterra.
Estoy demasiado cansada. He intentado permanecer despierta todo este tiempo, pero ya no puedo soportarlo...
Voy a dormir solo un momento.
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Cuando el teléfono sonó ©
HorrorPaola va a un antro en la ciudad con sus amigas para divertirse después de un largo día en la universidad, tras haber reprobado un examen. Al llegar al lugar, en medio del tumulto, el ambiente y la música, algo llama su atención: un par de ojos verd...