4.

10 1 0
                                    

Ella se preparaba en su primera cita, los nervios la mataban mientras escogía la ropa que usaría, tenía dudas, porque al principio no confiaba ni en sí misma, no sabía que iba a pasar. Sentía una emoción que no sentía hace ya mucho tiempo, se preparaba los labios carnosos mientras que se ponía la camisa de rayas rojas que tanto le gustaba.


Mientras el pensaba que diría durante la cita, si era bueno empezar con un "¿Qué tal?" aún cuando la vio por última vez hace dos horas, pensaba en las opciones donde la podía llevar, se ponía su camisa favorita de la cual no se podía despegar.

Juntos eran una sola carcajada sonando y resonando en todo el lugar, eran como los dígitos del código binario que nunca podían estar separados, ella agarro firmemente sus labios mientras la noche se acercaba y las estrellas dejaban ver su resplandor en el cielo negro pero claro, el y ella se veían mutuamente y ni podían sentir el tiempo pasar, ambos demostraban ese amor de viejos, como si fueran dos mariposas volando por libertad; algo que solo se ve en las películas que siempre tienen que terminar.

Mientras se sentaban en el punto más alto de la montaña ambos agarrados de sus manos soñaban en su vida juntos, luego se miraron mutuamente mientras no sentían la gravedad entre ellos, no sabían que se alejaban de la tierra y se iban, se iban a una mejor vida. Luego de un rato en los últimos suspiros ambos con las mismas cascadas en sus ojos se dijeron una palabra tan corta, pero que cuando es la persona correcta, se dice mil veces, "Te Amo".

Y sin darse cuenta, se volvieron parte de las estrellas, juntas pero separadas, iluminando el mismo cielo de aquella primera cita, que desencadenó un te quiero y una larga despedida.

Un poco de miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora