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Bleach no me pertenece, es propiedad de su respectivo autor… Aunque el personaje Oc es de mi completa propiedad.

“Una nueva vida en un mundo donde jamás debió existir. Las consecuencias son… Una historia diferente”

Ana estaba agradecida de que la apartaran un rato de Gin, aunque él había dejado a Mashirō al cuidado de Nanao sin su consentimiento, lo cierto es que ese tiempo lo iba aprovechar la pequeña al máximo para descansar sus cuerdas vocales las cuales ...

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Ana estaba agradecida de que la apartaran un rato de Gin, aunque él había dejado a Mashirō al cuidado de Nanao sin su consentimiento, lo cierto es que ese tiempo lo iba aprovechar la pequeña al máximo para descansar sus cuerdas vocales las cuales le dolían, llevabas días llorando y gritando solo para irritar a Gin.

Nanao la acomodo mejor en su brazo ya que sentía como se iba resbalando, la teniente estaba molesta eso se podía reconocer al ver su ceño fruncido y la intensidad con la que sus ojos azules brillaban con molestia, además iba murmurando una serie de insultos todos y cada uno dirigidos a Ichimaru.

Los shinigamis del octavo sabiamente se apartaron del camino de su teniente, todos preguntándose qué había sucedido para ponerla de ese humor, Mashirō se divertía al ver los rostros asustados, se rió especialmente cuando uno joven seguramente un novato salió de la nada chocando con Nanao para ser recibido con una mirada de muerte, el pobre había quedado paralizado en su sitio temblando de miedo, Ise Nanao podía dar miedo cuando quería.

Nanao se detuvo en una puerta abriéndola abruptamente sobresaltando no solo a Ana sino también a la persona que había estado dormida hasta ese momento, Mashirō con curiosidad después del susto se dedicó a examinar lo que supuso era la oficina del capitán del octavo escuadrón, era del mismo tamaño que la de Aizen, se rió ante el pensamiento esta oficina estaba mucho más ordenada.

La oficina del quinto se había trasformado en un lugar que contenía todas las necesidades de un bebé, se podían encontrar pañales, biberones, ropa y una cantidad ridícula de juguetes y una cuna la cual debía haberle costado muy caro a Ginebra ya que hacia una semana que no salía a comer en algún negocio, él se conformaba con comer en la cafetería del escuadrón. El lugar era un desastre el cual el tercer asiento tenía que ordenar, Ichimaru jamás ordenaría algo si alguien más podía hacerlo y Aizen, bueno Aizen jamás se rebajaría a algo así.

Una Nueva Vida, Una Historia DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora