(Capitulo 4 - Alfa)

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Teníamos ya una semana viajando, ocasionalmente dormíamos a la intemperie, en otras ocasiones hacíamos algunos labores en los pueblos cercanos para poder hospedarnos a cambio de trabajos como cultivar, cazar u otro tipo de trabajo aunque fuese pesado, de lo mas pesado se encargaba Aaron y a escondidas lo ayudaba mientras el estuviese distraído. Cuando visitábamos estas aldeas, discretamente preguntábamos a la gente sobre quien era Balban, necesitábamos conseguir alguna información, si dábamos con el daríamos con el paradero de Noah, sin embargo, las personas evitaban la pregunta huyendo o cambiando forzadamente de tema, o simplemente se limitaban a decirnos "Silencio, yo no se nada".

Victoria -¡Agh! ¡Esto es jodidamente inútil! ¡No nos van a decir nada!- Dije frustrada, realmente tenia grandes expectativas por lo menos una pequeña pista, por mas pequeña que fuese pero a este paso solo comienzo a molestarme.

Aaron -No se si te lo había comentado antes pero una dama no debe hablar de ese modo- Le lanza una mirada fulminante.

Victoria -¡Ya lo se pero...! Solo estoy molesta, no puedo creer que no haya ni una sola persona que mínimo nos diga algo, es frustrante-

Aaron -Tranquila, apenas empezamos a buscar, no nos lloverá la respuesta del cielo- Una manzana fue arrojada a la cabeza de Aaron y el dijo mientras se sobaba el golpe -¡Auch! ¡Eso me dolió!- Exclamo.

Una voz a lo lejos nos siseaba y decía -Por aquí- Amarok comenzó a gruñir y se dirigió al origen de aquella voz, Aaron y yo lo seguimos hasta un puente bajo la aldea. Un hombre ya bastante viejo nos llamaba, tenia un acepto deplorable sin mencionar lo sucio y mal oliente que se encontraba, Aaron y yo dudamos en acercarnos a el puesto que tampoco se veía muy cuerdo que digamos.

Victoria -¿Quien eres?- Pregunte dudosa mientras me acercaba pero Aaron me tomo del brazo deteniéndome.

Aaron -Espera, no te acerques mucho- Murmuro a mi odio.

Viejo -Los estuve observando desde hace ya un rato- El viejo soltaba pequeñas risitas, comencé a dudar si hacerle caso o no, su manera de hablar me daba escalofríos -Ustedes han estado preguntando por el innombrable si no me equivoco verdad?- Pregunto con una sonrisa picara.

Aaron -Sin rodeos, di de una vez que es lo que sabes viejo, sino deje de quitarnos nuestro tiempo- Dijo Aaron molesto, este hombre era muy raro y nos disponíamos a marcharnos cuando de pronto esas palabras captaron mi atención.

Viejo -Yo se donde se encuentra y puedo decirles el camino, claro, si realmente lo desean- Voltee a verlo rápidamente y me acerque tanto a el que incluso lo hice retroceder.

Victoria -¿¡Enserio!? ¿¡Donde!? ¡Responda!- Aquel viejo se reía de nosotros, sabíamos que el podía estar mintiendo o simplemente estar loco pero también sabíamos que podía decir la verdad... el era lo mas acercado a una pista que teníamos hasta ahora para poder encontrar a Noah.

Aaron camino molesto hacia el anciano y levantándolo del cuello de su ropa, tomo un cuchillo, lo apunto al cuello del anciano y le dijo molesto -Dígame ahora en donde esta si es que aun desea conservar esa lengua suya- Jamas había visto ese lado de Aaron, esos ojos tan penetrantes, podía sentir toda esa hostilidad, toda esa oscuridad en el.

Victoria -Aaron, bájalo no creo que sea la manera...- Aquel anciano me interrumpió respondiendo a Aaron en burla.

Anciano -Que joven mas curioso, esa mirada no parece la de un niño, que te parece si hacemos un trato, yo te diré en donde esta, a cambio quiero que me traigas un objeto y que dejen este mechón de cabello esparcirse en el viento frente a la fortaleza, si cumplen con mis condiciones no tendremos ningún problema, pero primero deben traerme este objeto, de momento solo les diré la mitad- En anciano dibujo sobre la tierra la forma de una garra, el deseaba que le trajéramos la mano de alguna criatura pero que tuviera específicamente el tatuaje de un una linea con un triangulo a la mitad de esta tatuado en la muñeca.

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