25 de febrero del 2012, Condado del Río Tana, Provincia Costera, Kenia
-Ya veo- dijo Abelardo del otro lado del teléfono. Le había contado lo que había pasado.
-Si- le dije.
-Bueno, ciertamente es inesperado. Aunque, por lo que me dijo Mew, Vice y Mature habían regresado de entre los muertos antes para evitar que un tal Ash Crimson se hiciera con su poder, estas lo hicieron cerca de Iori Yagami- explicó Abelardo.
-Comprendo. Este mundo sinceramente es de locos- le dije.
-Sí. Bueno Manuela, te felicito por ganar el Torneo Queens of Oppai, lo que demuestra que eres una de las mujeres más sexys y fuertes del mundo y que unos de los mejores pechos del mundo, aunque no te los he visto...pero sé que con bonitos porque...tu eres una mujer guapa y...¿soné como un pervertido verdad?- me dijo Abelardo.
-Un poquito, pero no te preocupes, yo soy más pervertida que tu...aunque no sé si es algo de lo que me tenga que sentir orgullosa- le dije, ruborizándome un poco porque había dicho que mis pechos eran bonitos.
Entonces los 2 reímos por un buen rato.
-¡Jajaja! Bueno, Mew me dijo que, como ya eres una buena capoeirista, el iba a ir contigo para enseñarte cómo usar tus poderes- dijo Abelardo.
-¡Excelente!- le dije.
-Ya podrás destruir carros enteros en menos de 30 segundos para obtener todos los puntos- dijo Abelardo bromeando.
-¡Jajaja! Bueno, tal vez aprenda a levantarlos con la mente- le dijo con una sonrisa en la cara.
-Estoy seguro de que sí. Bueno, tengo que hacer tarea, ash, tarea. En fin, hablamos luego, ¡adiós!- dijo Abelardo, un poco molesto porque tenía que hacer tarea.
-¡Adiós!- le dije.
Terminé la llamada. Fui al baño, hice mis necesidades, me masturbe un poco, me lavé las manos y salí a desayunar. La madre de Elena nos hizo un gran y delicioso desayuno. Después Elena y yo, junto al resto de su familia, salimos a la entrada de la casa. Esto porque tendríamos unas visitas muy especiales, las cuales llegaron.
-¡Jambo! ¡Pupa, Yoyin, que bueno verlos de nuevo!- dijo Elena abrazando a Pupa, mientras Yoyin se estaba muriendo de calor.
-¡Es un placer princesa Elena! ¡Estoy encantada de poder pertenecer a las Capoeira Beauties! Hablando de eso, apenas ustedes se fueron, llegó una chica gran fan de ustedes y de la capoeira. ¡Ven Momoko, no seas tímida!- dijo Pupa.
Entonces de los arboles salió una chica japonesa de 12 años que medía 1.5 metros. La chica tenía pelo largo castaño y una banda rosa en la cabeza que formaba un moño. Sus ojos eran castaños y tenía en el cuello una banda negra. Su camisa negra y sin bandas le llegaba al ombligo, en el cual tenía un piercing verde. Estaba descalza y estaba utilizando unos pantalones de capoeira con una corda de capoeira color rosa.
Momoko se veía muy emocionada. Vi como su rostro se ruborizo y empezaron a brotar de sus ojos lágrimas.
-Oppai ya, oppai ya...- dijo Momoko viendo las tetas de Elena.
Elena y yo nos quedamos un poco sorprendidas.
-Lo siento, es un poco pervertida, pero en verdad es una gran capoeirista- dijo Pupa un poco apenada.
-¡No te preocupes! Manuela también es pervertida y me lo paso muy bien con ella- dijo Elena sonriendo.
Todas reímos y Momoko se acercó a mi. Para mi sorpresa, me toco los pechos sin previo aviso.
-Mmmm...tus oppai son suavecitos. Ni tan grandes, ni tan pequeños, se ven perfectos para ti. Cuando crezca, quisiera tener los pechos como tú o como Elena- dijo Momoko soltando mis pechos.
-Muchas gracias- le dije alagada, aunque también un poco confundida.
Entonces Elena, Pupa, Momoko y yo nos fuimos a entrenar, dejando a Yoyin bajando sus cosas en la casa de Elena. Al llegar al lugar donde entremos, todas nos quitamos nuestras playeras y peleamos mostrando nuestros bellos pechos al aire libre. Momoko estaba muy feliz, al igual que Pupa, Elena y yo. Las Capoeira Beauties entrenamos durante horas y horas, bailando hermosamente.
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Kapoeira no utsukushi-sa: Capoeira Beauties
ActionA mi siempre me fascinó la capoeira. Desde niña, me sentí atraída por ella. Su ritmo y sus movimientos me impresionaban y quería bailarlos. Y cuando tuve la opción de aprenderla, no lo dude ni un segundo. Esta es la historia de como yo, Manuela Hida...