Cediendo Mi Voluntad

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Capitulo 2

Fabrizio era un hombre que sabía  como hacer sucumbir a una mujer, él enigmático Dom me había estudiado como conejo de laboratorio, sabía más de mi vida de lo que yo imaginaba, es que un Dominante muchas veces antes de acercarse a ti ya sabe todo  cuánto te rodea, estudia tus miedos para fortalecerlos, él te da seguridad desde que aparece en tu vida, pienso que es el arma más fuerte utilizada, es que cuando sientes esa seguridad te atrae más fuerte el BDSM.

Entrar en este mundo no es fácil , pero una vez lo haces no hay nada que te haga alejarte y eso me sucedió esta noche...

Respondí a Fabrizio :

---No se como logró que esto sucediera

Él cayó mis labios con su dedo diciendo :

---No necesito escuchar nada, no te disculpes, esto simplemente lo necesitabas y yo te complací esta vez, para claro próxima serás tú complaciendo mi placer ahora descansa, ya es tarde debo irme.

Se despidió dándome un beso en la frente ese que me hizó sentir protegida ¿Quién era ese hombre? Que con solo hablarme hacía temblar mis piernas y humedecer mi sexo.

Se marchó aquella noche y pensé que todo acabaría en un juego de chiquilla curiosa pero aquel hombre no pensaba igual.

Al despertar un mensaje en mi celular

--Hola bella ragazza buenos días, espero verte hoy estaré esperándote en el restaurante Trattoria Mario de florencia a las 12:00 Pm.

Sorprendida, sí, así me quedé al ver ese mensaje quería verme y además de eso ni siquiera me lo preguntaba, pero más podía ese sentir que de mi ya emanaba.

Me duche y me arreglé, me dispuse a ordenar la casa un poco, vi las noticias y mi presentación había sido un éxito, cada vez estaba siendo más reconocida por la prensa y las redes sociales, las ventas de mis libros elevándose más.

Transcurrió el tiempo tan rápido que uff, tenía muchos mensajes y uno de ellos era el de mi amiga Abby.

---Loca dónde estás metida? ¿Qué pasó con mi amigo Fabrizio?

Pero no respondí, no podía decirle que me había acostado con su amigo en la primera noche de conocerlo, ella sabía que yo no hacía esas cosas con desconocidos y menos después de todo lo que había sucedido con mi antigua relación.

Así que mejor decidí arreglarme para ese almuerzo que era un restaurante muy conocido, yo que odiaba los formalismos, era muy sencilla, pero muy culta, mi régimen de educación y costumbres de mis padres du bastante fuerte por ser hija única.

Esboze una sonrisa al recordar la noche anterior llena de frenetismo, recordar esos besos me hacían humedecer de nuevo apreté mis piernas por esa sensación de querer tocarme, pero mejor me dispuse ha arreglarme.

Me coloqué un vestido azul Rey y me coloque unos zapatos no muy  altos negros, un collar que terminaba hasta el valle de mi voluptuosidad, me apliqué un maquillaje suave y un labial color rosa no quería lucir tan maquillada era de día.

Llegué a las 12:05 Pm y él ya estaba esperándome, así que entre al restaurante.

--Hola Señorita Sinisterra

Un saludo frío desde pues de aquella noche placentera al cual respondí con una pregunta :

---¿Cómo estás Fabrizio?

Él negó con la cabeza, creo algo no le había gustado así que me respondió :

---Recuerda que puedes tutearme, para ti soy tu Amo, tu Señor

El Sentir De Una Sumisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora